Se acaba una semana marcada por el debate político judicial. Imparable, de continuidad constante en los acontecimientos en torno a la causa por presunto fraude electoral en las Generales de 2008 y la detención e ingreso en prisión preventiva de Abderrahim Sellam.
Ayer el juez Torres decretó su continuidad en prisión preventiva incondicional, pero la opacidad es extrema en cuanto al contenido del auto mediante el cual acordaba dicha decisión.
La opacidad en todo este caso desata en mayor medida la curiosidad lógica, puesto que Sellam no es un particular, anónimo para la mayoría, sino un cargo electo, un representante democrático de los ciudadanos. Es además un posible factor en su contra, que aumenta las habladurías y especulaciones a nivel de calle.
Teniendo en cuenta su condición de diputado en la Asamblea de Melilla, lo deseable sería más comunicación informativa por todas las partes.