Ángel Antonio Chacón López visitó la ciudad para reunirse con el Voluntariado Cristiano de Prisiones y conocer su realidad y el trabajo con los internos melillenses.
El nuevo delegado episcopal de la Pastoral de Prisiones de la diócesis de Málaga y de Melilla, Ángel Antonio Chacón López, ya que tomó posesión del cargo en octubre del 2010, visitó en la jornada de ayer por primera vez la Ciudad Autónoma como responsable de este área de la circunscripción católica.
El motivo de su viaje, tal y como confirmó Chacón a ‘El Faro’ era “conocer la realidad del Voluntariado Cristiano de Prisiones de la ciudad” que abarca distintos aspectos como el de los pisos de acogida.
El trabajo fundamental que Chacón tendrá que llevar a cabo durante este tiempo es atender las necesidades de todas las prisiones que se encuentren ubicadas en la diócesis, dándole nuevas miras de futuro, estructura y ayudar a paliar las distintas necesidades que aparezcan en este área .
En este sentido, y después de mantener una reunión con los responsables del Voluntariado Cristiano de Prisiones y de conocer con más detalle sus orígenes y su trayectoria en la ciudad, sobre todo del comienzo de la entidad en el que ha participado muy activamente monseñor Ramón Buxarrais, obispo emérito de Málaga y de Melilla y capellán de la Prisión durante muchos años, Chacón llegó a la conclusión de que “se podrán trasladar muchas opciones y muchas posibilidades de actividades y de acciones de los centros penitenciarios de Málaga a Melilla y viceversa, la Ciudad Autónoma es una fuente de ideas”, explicó.
En relación a los eventos organizados por la entidad melillense con los internos del centro penitenciario, el delegado de la Pastoral Penitenciaria afirmó que “están muy en sintonía nuestros objetivos con lo que desarrollamos en la prisión”, puesto que una de las metas primordiales de la pastoral es “tratar con dignidad a los internos, ya que no la han perdido por el mero hecho de encontrarse en prisión y mostrarles el amor de Dios”.
La labor de la pastoral no sólo se ciñe al anuncio evangélico que se pueda dar en el transcurso de la eucaristía dominical, sino que también abarca un código de valores y actitudes que les facilitará la reinserción social una vez que deba abandonar las instalaciones penitenciarias.
Chacón confirmó que aunque era la primera vez que visitaba la ciudad en calidad de delegado episcopal de la Pastoral Penitenciaria de la diócesis, “seguramente vendré a Melilla al menos una vez al año, aunque lo más probable es que me plantee viajar a esta bonita ciudad dos veces al año”.