Hace unos días, El Faro publicaba una noticia sobre la concesión de “soletes” de la prestigiosa Guía Repsol a ocho bares melillenses, que ni siquiera sabían que habían obtenido este premio por sus buenas tapas y extraordinario servicio a los clientes.
De hecho, los “soletes” se conceden a aquellos establecimientos que merecen un reconocimiento especial y que son muy recomendables para quienes busquen la mejor cocina y un trato profesional al cliente.
Que Melilla tenía unos bares estupendos con unas tapas inmejorables es una realidad que los visitantes, por ejemplo, siempre han destacado de su paso por la ciudad. Sentarse en una terraza y disfrutar de la oferta gastronómica de nuestros locales es uno de los atractivos melillenses que ahora se verá reforzado por la concesión de esos “soletes”, que tienen en su poder mil bares de toda España.
Creemos que la Guía Repsol ha hecho justicia con Melilla. Los “soletes” vienen a reconocer una gastronomía rica en oferta y calidad de materia prima: pescados, carnes, moluscos, mariscos…, todo se conjuga para ofrecer tapas de categoría, muchas de ellas muy elaboradas, que nada tienen que envidiar a las de los locales peninsulares.
Y el servicio también merece un comentario porque los “soletes”, en definitiva, también están relacionados con el trato que recibe el cliente.
En estos ocho bares de la ciudad, se destaca también lo agradable que resulta tomar unas tapas con camareros que ofrecen cercanía y profesionalidad. Es el buen hacer de estas personas lo que se premia junto a la calidad del tapeo.
En definitiva, se galardona un “todo” que hace de esos bares algo especial. Por eso es tan importante que se conozcan los “soletes”, porque tenerlos y luego mantenerlos supone un acicate más para nuestros establecimientos, tan necesitados de este tipo de estímulos cuando el sector no está pasando precisamente por su mejor momento.
La Asociación de Hostelería ha lamentado lo mal que están las cosas en una ciudad que presenta un éxodo importante de personas en vacaciones y que no recibe prácticamente turismo, ni siquiera de Marruecos. Su presidente, Chakib Mohamed, se preguntaba para qué les sirve que esté la frontera abierta y criticaba que se les recorte una hora el horario de las terrazas por la noche.
Como todo debe sumar para tratar de que le vaya mejor a este sector productivo de la ciudad, a ver si conseguir más “soletes” mueve a los ciudadanos a ir a los bares a comprobar por sí mismos la excelencia de las tapas y del servicio que se presta en estos locales.