Fue una melillense la que se puso en contacto con la Asociación Liberum para defender su derecho a no vacunarse del covid, a no tener pasaporte covid y a poder entrar en los bares y restaurantes de la ciudad.
A raíz de esa reclamación ha llegado al Tribunal Supremo un recurso de casación a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que avaló la implantación del pasaporte covid en Melilla y Ceuta.
Ese recurso tiene muchas papeletas de no ser admitido a trámite pese a que el abogado que defiende el caso, Alexis Aneas, considera que el escenario ha cambiado porque el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el pasado 2 de junio el artículo 10.8 de la Ley reguladora de la jurisdicción Contencioso-Administrativa.
Eso en la práctica significa que queda anulada la ratificación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de la restricción de derechos fundamentales llevada a cabo por la Ciudad Autónoma al implantar el pasaporte covid en Melilla. Esa decisión de la Administración, avalada por la justicia, implicó la obligación de presentar pasaporte covid para entrar en un bar o restaurante en Navidades.
Sabíamos que tras la pandemia, las medidas restrictivas tomadas en un momento de pánico mundial pasarían factura a quienes las tomaron a sabiendas de que vulneraban derechos fundamentales. De hecho, en este caso, el TSJA hablaba de "leve" vulneración de derechos fundamentales.
En este caso, la defensa de Liberum se basa en que la Unión Europea no reguló el mecanismo a través del cual se debían leer los QR de los pasaportes covid y, en el caso de España, se dio vía libre a que la hostelería lo hiciera a través de tablets o lectores que han desviado muchos de esos datos a servidores de Suiza y Estados Unidos. A efectos legales, muchos de los datos de las personas vacunadas están actualmente en poder de multinacionales.
Y por ese resquicio demostrado a través de una pericial se ha colado la Asociación Liberum que asegura que no es antivacuna sino defensora del respeto a los derechos fundamentales.
En Melilla recordamos, porque es reciente, el fuerte impacto que tuvo en la ciudad la implantación del pasaporte covid. Tuvimos largas colas durante el primer fin de semana de diciembre en la Oficina de Atención al Ciudadano para poder conseguir el salvoconducto que también se ha exigido, más recientemente, para cruzar la frontera.
Esta exigencia también provocó largas colas en los dos puntos de vacunación de Melilla: Polavieja y el Laboratorio Covid para que los melillenses que no tenían la última dosis actualizaran su calendario de vacunación para poder salir a Marruecos, pese a que el país vecino solo exige dos dosis.
Ahora Liberum pide explicaciones porque entiende que se vendió a la gente la falsa percepción de que estar vacunado es lo mismo que estar inmunizado y al estar en un local donde todo el mundo portaba pasaporte covid se dio por hecho que no había peligro y se produjo el efecto contrario: al bajar la guardia y no respetarse las distancias de seguridad o no usar mascarilla en espacios cerrados, se produjeron más contagios. Esa es la teoría que ahora habrá que demostrar.