El consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Ciudad Autónoma, Hassan Mohatar, ha anunciado este martes que, con la construcción del cuarto módulo de la desaladora, se espera eliminar o, al menos, reducir “y que sean mucho más tarde” los cortes de agua nocturnos en Melilla.
Según ha detallado, estas restricciones, de medianoche a las cinco de la mañana, se han realizado “desde siempre” con el propósito de que se llenen los depósitos generales, pero la Ciudad confía en que la construcción de ese cuarto módulo, a finales de enero o febrero de 2023, acabe con un problema que el consejero ha calificado como “endémico”.
Durante una visita, acompañado por la viceconsejera de Incidencias y Línea Verde, Yonaida Sellam, a la desaladora para ver precisamente el estado de las obras del cuarto módulo, “fundamental para el suministro de agua en la ciudad”, Mohatar ha recordado que una gran parte de la que se consume en Melilla, que ha cifrado en el 60 ó 70 por ciento, procede de esta infraestructura.
La obra que está realizando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tiene un presupuesto de 20,4 millones de euros y con ella, la previsión es proporcionar alrededor de 30.000 metros cúbicos de agua de calidad, mientras que ahora mismo la cantidad producida por la desaladora anda en torno a los 18.000 ó 19.000.
El resto, hasta 35.000, que es la media de consumo, se obtiene de unos pozos que están, en palabras de Mohatar, “sobresaturados y con mucha salinidad”, lo cual da como resultado una agua “de no muy buena calidad”. Sin embargo, ha insistido el consejero, con la ampliación del cuarto módulo se va a cambiar una dinámica.
Cortes de agua
No obstante, Mohatar ha adelantado que estos trabajos obligarán a hacer una serie de paradas técnicas durante el miércoles y el jueves, entre las 16:00 horas y las 6:00 horas, por lo que ha pedido disculpas a los ciudadanos. Solamente se librarán aquellos edificios que dispongan de depósito o los barrios con conexión de agua independiente, como sucede con el de la Victoria. Sin embargo, ha precisado que se trata de una obra imprescindible y que “no hay más remedio” que parar para ir poniendo en condiciones el segundo bastidor nuevo, que daría unos 2.000 metros cúbicos de agua de calidad más que ahora mismo.
No obstante, Mohatar se ha comprometido a que los cortes sean los estrictamente necesarios y, si se puede conseguir cortar el agua a las seis o a las siete de la tarde, así se hará. En cualquier caso, el viernes ya habrá un suministro normal, prometió.
Preguntado sobre el pantano de Las Adelfas, el consejero ha respondido que el problema sucedió con el episodio de “lluvias torrenciales”, cuando Guelaya-Ecologistas en Acción cegó las arquetas -“tendrán que dar sus explicaciones”, manifestó- y no se pudo meter más agua, por lo que ahora mismo se encuentra “prácticamente seco”.
Agosto, noviembre y enero
Por su parte, el director de las obras y miembro de la CHG, Rafael Álvarez, ha resaltado la “enorme dificultad” que entrañan unos trabajos que tienen que asegurar el suministro a los ciudadanos, lo cual no evita que haya que hacer esas “paradas técnicas y programadas” en ciertos momentos, pero que, según ha dicho, serán las mínimas, tanto “en tiempo como en frecuencia”.
Por el momento, se está funcionando con un bastidor nuevo que da 2.000 metros cúbicos de agua más al día que hace un mes aproximadamente, y el objetivo es que el siguiente esté preparado en agosto y que haya otro en noviembre. El último, para comienzos del año que viene, sería el que lograría evitar los cortes de agua nocturnos. Cada uno proporcionará unos 2.000 metros cúbicos más diarios de agua, hasta llegar en enero a los 30.000 metros cúbicos al día.