Previsiblemente los sucesos del fatídico salto a la valla del 24 de junio se cuelen este martes en el Debate del Estado de la Nación, junto con los temas que más preocupan a los españoles como el de la inflación, "el impuesto de lo pobres", como lo llama el economista Manuel Pizarro, aquel que perdió el debate del año 2008 contra Pedro Solbes, por anticiparse a decir que nos venía una crisis monumental. Y anda que nos vino.
Sabemos que la Eurocámara considera inadmisibles las muertes en la frontera y que ya están en curso la investigación abierta por la Fiscalía General del Estado y el Defensor del Pueblo. También sabemos que la comisaria de Interior de la Unión Europea y el ministro del Interior español han estado en Rabat hace apenas unos días y han acordado que ante sucesos como éste se llevarán a cabo investigaciones conjuntas entre Marruecos y la Unión. Pero no se nos ocurre qué iniciativa pondrá sobre la mesa el Gobierno de España para evitar que este tipo de tragedias se repitan.
Está bien que se dediquen recursos a la lucha contra las mafias y también está bien que Grande-Marlaska proponga a la Unión Europea aumentar las inversiones en cooperación al desarrollo, pero tiene que haber algo que podamos hacer para que no tengamos que ser, como mínimo, testigos mudos de la muerte de jóvenes africanos intentando conseguir un futuro mejor.
Lo ocurrido en la valla de Melilla ha puesto al descubierto el doble discurso del presidente Pedro Sánchez que, cuando estaba en la oposición, llevó ante el Constitucional la figura jurídica del rechazo en frontera y ahora en el Gobierno no sólo las permite sino que, además, aplaude actuaciones excesivas llevadas a cabo por la Policía marroquí.
También ha dejado en evidencia a los comunistas de Podemos que son cómplices de lo ocurrido. Están atornillados al sillón de los ministerios y piensan más en lo inoportuno de un adelanto electoral tras el batacazo en Andalucía que en defender los principios que supuestamente tenían antes de llegar al Gobierno.
A nosotros, los melillenses, nos gustaría que además de abordar a fondo las muertes en la valla, se hablara de mejoras en la conectividad de Melilla y Ceuta o se anunciara la fecha de la reapertura de la aduana comercial. Habrá que estar atentos por si desde Madrid nos sorprenden, pero a estas alturas, esperanzas las justas.