Melilla se ha librado este fin de semana de la inmensa presión que ha sufrido Ceuta con los viajeros de la Operación Paso del Estrecho. Se nota la cercanía de la fiesta del Aid el Kebir, que se celebrará el próximo fin de semana, y se nota también que Ceuta, al estar mejor comunicada que nuestra ciudad y más cerca de la península, atrae más pasajeros de la OPE.
Como suele decir el presidente del Puerto, Víctor Gamero, somos dos ciudades hermanas, pero no somos lo mismo. Prueba de ello es que aunque ambas autonomías aplican las mismas rebajas fiscales a las tecnológicas, la mayoría de empresas online que huyeron de Gibraltar tras el Brexit se quedaron en Ceuta. Sólo unas pocas han optado por Melilla.
Nuestros problemas son aún más graves que los de Ceuta y, de momento, la reapertura de la frontera no ha ayudado a aliviarlos. Y ahí está la prueba de la OPE: Ceuta sigue atrayendo pasajeros por delante de Tánger. En Melilla, de momento, no estamos en una situación similar.
Aquí tenemos las esperas en las colas de la OPE que hemos tenido siempre, pero hay malestar entre los melillenses porque Marruecos da prioridad a su gente a la hora de cruzar la frontera. Si las conversaciones bilaterales van tan bien como dice nuestro Gobierno no se explica que estas cosas pasen.
Las largas esperas han despertado la picaresca. Hay melillenses que se ofrecen a hacer la cola de la frontera por quien no quiera hacerla a cambio de 5 euros la hora. Al final, el colapso va a crear empleo en la economía sumergida.
Con la inflación disparada por encima de la barrera psicológica del 10%, aumenta en la ciudad la sensación de ahogo y eso se va a notar este verano. Muchas familias no podrán irse de vacaciones porque los sueldos no dan más de sí. La subida de los precios se ha comido el ahorro de muchos melillenses que encaran el segundo semestre del año con más incertidumbres que certezas.
Pero también se verán en dificultades quienes sólo aspiraban a cruzar la frontera para pasar sus vacaciones con la familia en Marruecos. Los que no han podido sacar su pasaporte por el colapso de la Jefatura de Policía de Melilla, seguirán encerrados en la ciudad a menos que el Ministerio del Interior elimine la obligación de sellar el pasaporte el próximo 15 de este mes de julio.
Abrimos el verano más caro en las últimas tres décadas no sólo con la economía desplomada, la inflación por los cielos y las colas en la frontera. También con una séptima ola de covid. Hay que pensar en algo que alivie el estrés tan grande al que está sometida nuestra gente. Hay que buscar soluciones urgentes o, como mínimo, aplicar cuidados paliativos cuanto antes.