Los sindicatos tienen hoy una reunión importante para decidir su devenir en los próximos días. Amenazan con protestas e incluso repetir una huelga general en caso de que no se llegue a ningún acuerdo con la Administración en sus demandas para los trabajadores.
La cuestión que más duele y que está levantando ampollas es la de la edad de jubilación, esa que antes estaba establecida en los 65 años y que según la última decisión del Gobierno queda marcada en los 67.
No es una cuestión que haya surgido de la noche a la mañana, ya se lleva tiempo hablando de ello; por ello descoloca un poco que los sindicatos actúen tan tarde e intenten ponerle remedio a algo que parece inamovible. Al menos, esa es la opinión de muchos trabajadores. Quien más quien menos tiene asumido que su vida laboral durará hasta los 67.
Teniendo en cuenta que la esperanza de vida ha aumentado en contra de la natalidad, que no crece, quizá sería conveniente luchar por las condiciones laborales de los trabajadores –en muchos casos pecaminosas– y no por su futuro como jubilados.
Incluso se podrían plantear huelgas generales para tratar de reducir los altos índices de desempleo.