La Guardia Civil de Melilla y Sevilla, con la colaboración de la de Zaragoza, ha desarticulado una organización criminal delictiva que centraba sus actividades en el tráfico de drogas.
Como resultado de esta operación, LUSITAN-LITTLE GILF99, fueron detenidas seis personas de nacionalidades española, portuguesa y marroquí por los delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública, en su modalidad de tráfico de drogas, indicó una nota de prensa.
Además de ello, durante las pesquisas fueron embargados 1 210 kilogramos de hachís, tres conjuntos de vehículos, remolques y un furgón. Además, se procedió al bloqueo y embargo preventivo de tres viviendas en Melilla y dos empresas pantalla. Se conoció que “la pieza patrimonial realizada supera el millón de euros en bienes intervenidos”.
Asimismo, también fueron embargados 12 vehículos de miembros de la organización criminal, material electrónico, de telefonía e informático de última generación, abundante documentación de interés para la investigación y una pistola dispuesta para su uso, informó el comunicado.
Todo comenzó con la captura de 482 kilogramos de drogas que se hallaban ocultos en un doble fondo situado en el techo de una cabeza tractora semi-remolque, que poseía un “sofisticado método de apertura y localización”. En ese momento se detuvo al conductor y dio inicio la investigación la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Melilla.
Más adelante, en julio de 2021 se detuvo en el puerto melillense un remolque similar con el doble fondo realizado y se intervinieron 238 kilogramos de hachís. En esa ocasión se apresó al conductor, de nacionalidad portuguesa.
Tras un período se supo que la organización criminal tenía sede en Zaragoza y que se había hecho de una furgoneta Mercedes Benz modelo Sprinter, la cual contaba también con un doble fondo dispuesto para el transporte de ese tipo de mercancías.
Este vehículo se localizó en enero de este año en Écija, Sevilla, y tras su registro se encontraron 490 kilogramos de droga en él. Este último suceso llevó a la apertura de una línea de investigación entre la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Melilla y la de Sevilla.
Finalmente se supo que la red contaba con infraestructura en la capital aragonesa, donde se encontraba el líder, un español de 50 años, que coordinaba y supervisaba también el transporte de alijos de drogas que llegaban desde las costas de Cádiz. Desde ese lugar eran trasladados por carreteras hacia otras provincias y a Francia empleando los vehículos de la organización, puntualizó la nota de prensa.