Hasta ahora era de la calle del General Margallo pero 2011 ha venido con novedades. El tradicional mercadillo de Reyes se ha trasladado a García Cabrelles, junto al Mercado de la calle del mismo nombre. Bueno, justo es de reconocer que el despliegue es menor, pero no es menor el entusiasmo a la hora de ofrecer gangas de calidad, muchas de ellas procedentes del mercadillo de la zona del SEPES, pero a mejor precio, más interesantes, diríamos. Hay un hechizo en el hecho comercial: todos huelen el ambiente y reaccionan; musulmanes, gitanos, ‘cristis’... todos saben que lo de este año es vender a lo barato, cambiar las tarifas porque la cosa económica está que da asco.
Pues se han ido un poco más cerca de la Avenida del Rey –qué me cuesta escribir semejante cipotada siendo republicano– se han marchado a García Cabrelles, en la derivación que debería ser peatonal de la plaza del Comandante Benítez, ése que reclamó muerte antes de rendición y cayó de bala de carabinas o maúseres españoles, sus compañeros. Me conmueve esa historia, lo reconozco: “Estoy en poder del enemigo, disparad, por Dios”. Hay que tener dos... para entregar con esa hidalguía por unos colores, los de la Bandera Nacional.
El laureado de Igueriben da puerta a la ilusión de los más pequeños en la ciudad de su destino, justo cuando esa plaza, la suya cumple 102 años de su creación. Ahí hay alegría, regalos y medicamentos complementarios para superar la asquerosa crisis económica que Zapatero y sus marionetas no supieron reconocer en su día.
Vaya, otra vez estoy derivando, y mira que voto al PSOE desde hace años, pero es que es para ponerse de los nervios con esta criatura. Lo siento. Desde el punto de vista del consumo, es necesario darse una vuelta por Cabrelles y Benítez. Hombre, a cualquiera le viene bien un poquillo de ahorro; la calidad es buena, la gente de muchos quilates. ¿Por qué coño no resuelves tus Reyes, ahí, junto al Mercado?; espabila, mujer.