Melilla, Ceuta, Baleares y Canarias son los cuatro territorios que España posee fuera de la península. En unos de estos sitios, más, y en otros, menos, la dificultad para trasladarse a ella son grandes. No basta con tener un coche o coger un autobús, sino que, por fuerza, uno ha de embarcarse o coger un avión.
Son medios de transporte por lo general bastante caros, por lo que parece de justicia que las personas que se encuentran empadronadas en alguno de estos lugares disfruten de ciertas ventajas, o prerrogativas, que no se dan en el interior de la piel del toro por no ser necesarias.
Según contó ayer el secretario de Organización de CCOO en la AGE, este plus fue instaurado por Franco en el año 1971. Desde entonces, ha tenido diversas actualizaciones, pero la última data del año 2007. Ni había empezado todavía la crisis económica ni, mucho menos, habíamos oído hablar –más que de pasada, si acaso- del coronavirus, por unos pocos casos que se dieron en China en 2002 y que en poco se parecen a la actual pandemia.
Sin embargo, primero, la crisis económica, y más tarde la del covid-19, que han cambiado el mundo en gran forma durante este comienzo del siglo XXI, han hecho más daño en las dos ciudades autónomas y los dos archipiélagos que en el resto del país. No en cuanto al número de casos, sino desde el punto del nivel de vida e, incluso, emocional. Durante el estado de alarma, se podría decir que estas regiones vivieron más aisladas que el resto, incluso con consecuencias mayores en cuanto a falta de suministros.
En el caso de Melilla y Ceuta, además, la situación se vio agravada por el cierre de las fronteras con Marruecos, que influyó negativamente en la economía de las dos ciudades.
Por todo ello, parece de justicia que, después de 15 años, se actualice un plus que pretende servir de aliciente para que gente de fuera quiera instalarse en alguna de estas hermosas tierras. En Baleares, por si no fuera suficiente, incluso se ha instaurado un plus de fidelización que complementa al de residencia.
Se ha esperado bastante tiempo, pero, si verdaderamente los Gobiernos y Delegaciones autonómicas están en sintonía con lo que argumenta el sindicato, finalmente se habrá puesto solución a una reivindicación que no debería haber tardado tanto.