El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este miércoles en el Congreso que existe “una ventana de oportunidad” para resolver el conflicto del Sáhara Occidental y que la posición de apoyo al plan de autonomía es tan solo “un paso más” para su resolución”, por lo que ha pedido a la oposición que “valore la complejidad” del proceso y lo apoyen.
“No estoy restando importancia a la decisión tomada con plena voluntad de dar un paso adelante” en una cuestión “de enorme complejidad", ha dicho Sánchez. “Lo que les pido es que valoren esa complejidad”, ha zanjado.
En vísperas de que el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, visite Marruecos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido este miércoles en el Congreso para explicar la decisión conocida hace casi dos semanas de apoyar el plan de autonomía del Sáhara propuesto por Marruecos en 2007 como la solución “más seria, realista y creíble” para resolver un conflicto que dura ya 46 años.
Sánchez ha argumentado que la nueva posición española es “un paso más” ya que cuando fue presentado el plan marroquí, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo “saludó”, como también hizo el Gobierno de Mariano Rajoy en las reuniones de alto nivel entre España y Marruecos en 2012 y 2015.
Ante el delegado del Frente Polisario en España, Abdula Arabi, y la delegada de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis y delegada del Frente Polisario en la Comunidad de Madrid, Jadiyetu el Mokhtar, que seguían el debate desde la tribuna de invitados de la Cámara Baja, el presidente ha subrayado que en la posición española “no hay desinterés ni desatención al pueblo saharaui; lo que hay es determinación para resolver un problema enquistado sin perspectiva de solución”, ha subrayado.
Ha explicado que en su carta al rey de Marruecos, dada a conocer por una filtración marroquí, reconoció los esfuerzos “serios, realistas y creíbles para encontrar una solución mutuamente aceptable dentro del marco de la ONU y del Consejo de Seguridad”.
Ha reiterado además que cualquier solución debe ser “mutuamente aceptable para las partes porque solo las partes pueden decidir, nadie más”.
Así, ha resumido Sánchez que “lo que el Gobierno cree es que, tras muchos años de conflictos y estancamiento en las negociaciones, esta es la base sobre la que hay más posibilidad de construir una solución que pueda ser aceptada por las partes”.
Ha asegurado que se trata de una posición alineada con los socios europeos ya que Francia apoya este plan “desde hace años” y Alemania se ha sumado recientemente, como ha hecho Estados Unidos y la Administración de Joe Biden.
En cuanto a la población saharaui, ha recordado que España es el principal donante de ayuda a los campamentos y va a seguir prestando su apoyo humanitario, pero considera que “el conflicto ha condenado ya a demasiadas generaciones” a vivir de manera precaria.
Ha señalado también que este apoyo a la propuesta de Marruecos forma parte de una “nueva relación” con el país vecino, con el que se logra poner fin a una crisis que comenzó ya hace más de un año.
Sánchez ha recordado que las relaciones con Marruecos son cuestión de Estado y que el PSOE apoyó al Gobierno de José María Aznar en la resolución de la crisis de Perejil en 2002.
“El Gobierno tiene la firme voluntad de abordar la nueva etapa en las relaciones con una hoja de ruta clara, ambiciosa y que permita cerrar una crisis que perjudica a los dos países, ese ha sido el objetivo”, ha señalado.
Para ello, el ministro Albares viajará este viernes a Rabat para “poner en marcha” la nueva relación, la reapertura de las fronteras y permitir poner en marcha un plan que garantice “la estabilidad y prosperidad” de España y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.