Jueves por la mañana en Melilla. El reloj marca las 9:15 horas de la mañana. En la calle General Margallo, se escuchan sonidos metálicos típicos del montaje de los puestos del mercadillo. A esa hora, algunos puestos están ya montados, otros están en ello. Solo queda colocar los artículos y exponerlos.
Desde hace más de un mes, concretamente desde el 1 de febrero, se viene haciendo en esta céntrica calle el famoso mercadillo, que antes se hacía siempre en El Real. Los comerciantes exponen aquí sus productos para vender todos los martes y los jueves, a todo aquel que pase por Margallo buscando productos tales como, ropa, toallas, mantas, ropa de cama, productos de joyería, accesorios para móvil…
La mañana se presenta soleada y calurosa, ya son pasadas las doce del medio día. La calle está casi completa de gente, viandantes pasean a un lado y al otro de los puestos. Los hay que buscan algo específico; sin embargo, otros, buscan ver lo qué es lo que encuentran.
Paqui, la dueña de un puesto de ropa de cama y toallas, así como mantas y productos textiles lo tiene claro: “Merece la pena” el hecho de que ahora puedan ponerse a vender aquí en esta calle. “En El Real nos poníamos y eran 15 o 20 euros, lo que nos costaba la gasolina y desayunar” explica.
Esta empresaria expresa además, su sentimiento de felicidad: “Hemos luchado mucho por ponernos aquí, y aquí estamos muy contentas”.
La mayoría de comerciantes están de acuerdo con que el cambio de localización es positivo. “Nos ha dado vida” dice Candy, que ofrece pijamas y ropa interior en su puesto. “Aquí, se mueve la gente”; explica, “será por el acceso de la plaza, el centro…, por lo menos nos movemos” considera.
Según nos cuentan, se está estudiando también la posibilidad de poner el mercadillo en otros lugares “a ver si lo estudian y podemos también llegar a algún rincón de algún barrio de Melilla y que a nosotros nos ayude y también poder hacer bien al pueblo”, explica Candy, que considera que esta medida podría ser positiva y se mantiene “a la espera de lo que diga el Ayuntamiento”.
Hassan, también dueño de un puesto de ropa interior y accesorios para el pelo, también considera positivo este cambio de barrio. “Desde que empezamos aquí ha habido un poquito más de movimiento. Mejor que allí en El Real, allí está casi muerto”.
Hassan afirma además que, a excepción de los sábados, en El Real ya no hay tanto movimiento, lo mismo comentó Candy. Hassan considera que sí merece la pena poner el puesto en esta calle “hay un montón de vecinos del Monte María Cristina, barrio Ebreo, Cabrerizas, La Cañadas… como algunos no tienen vehículos…” explica.
La pandemia ha sido un lastre para estos pequeños empresarios, algunos de ellos han sentido miedo y no solo por el negocio. Además, el cierre de la frontera también ha sido un hándicap para la venta muy grande para estos comerciantes.
En definitiva, la mayoría de los empresarios coinciden en que sus ventas han aumentado en este último mes desde que montan sus puestos en la calle General Margallo. ¿Podría ser por la novedad? ¿Podría ser por la cercanía al centro?, la respuesta a estas preguntas la tiene el tiempo.