El Sindicato de la Policía Local de Melilla (SPLM) ha dirigido una dura carta al presidente de la ciudad, Eduardo de Castro, en la cual lo calificó como “presidente fantasma” y solicitó su dimisión “por el bien de toda la ciudad”.
El sindicato respondió de ese modo a las polémicas declaraciones de De Castro en el pleno por el Debate de la Ciudad, acerca de que había “seis escoltas que no valían para nada más que para pasearse y hacer cosas que no tenían que ver con escoltas”.
En la misiva, SPLM dice que aquello se trató de un “intento de humillación pública”, y le advierte al presidente que no le consentirá “la falta de respeto hacia ningún miembro de nuestra policía”.
De acuerdo con el sindicato, los hombres a que De Castro hizo referencia “en el menor de los casos llevan 25 años de servicio, con una trayectoria intachable, prestando servicio a varios presidentes de esta ciudad y ejerciendo de forma estrictamente profesional su cometido”.
Más adelante, la carta le echa en cara a De Castro que él “jamás comprenderá la labor de un escolta (al igual que no entiende la mayoría de cosas de la policía)”, y sostiene que “sigue en su línea con comentarios ruines hacia sus policías, en este caso con compañeros que han estado a su lado más de un año sin que pueda tener usted la más mínima queja, pero deja patente de nuevo que le pueden el odio y el rencor hacia este cuerpo”.
Luego de catalogarlo como “presidente fantasma” con el argumento de que “en su propio gobierno nadie le tiene en cuenta para decisiones de peso en esta ciudad”, la organización pasa a definir la subida de sueldo del presidente como “la única medida por la que le recuerdan los melillenses”.
Finalmente, el sindicato confiesa sentirse apenado de que “nadie en el gobierno de la ciudad salga en defensa de estos compañeros y que la propia Jefatura de Policía Local sea la que tenga que contradecir las palabras del presidente, del que pedimos su dimisión por el bien de toda la ciudad”.
A raíz de sus consideraciones, De Castro ha recibido numerosas críticas entre las que se cuentan las de los propios agentes afectados, la Unión Sindical de Trabajadores de Melilla (USTM) y el secretario del Partido Popular en Melilla, Miguel Marín.
En el ojo del huracán, el presidente de la ciudad aseguró que no quería ofender a los escoltas y pidió disculpas por el malestar causado por sus declaraciones.
Este "sindicato" debería plantearse las causas de la baja consideración que su policía tiene entre la población melillense.