A solo cinco días de la presentación de Tino Tovar en el teatro Kursaal-Fernando Arrabal, El Faro le propone una entrevista exclusiva con esta destacada figura del Carnaval de Cádiz, uno de los más famosos e importantes de España.
Constantino Tovar Verdejo (que tal es su nombre completo) se inició en los carnavales en 1988, participando como componente de la chirigota “Los que pasan del mundo”. Dos años después comenzó a escribir, y lo hizo para la chirigota infantil “Buscando un tipo desesperadamente”.
Tras conquistar varios premios en la categoría de infantil y juvenil, se estrenó en la de adultos y alcanzó la consagración en la modalidad de comparsa.
En la memoria de todos los carnavaleros quedan creaciones suyas como “La botica” (1997), “El cielo de Cádiz” (1998), “Los del año catapum” (2000), “El espíritu de Cádiz” (2005), “Volver a empezar” (2010), “Juana la loca” (2011) y “La canción de Cádiz” (2014).
¿Cómo se vive la experiencia de amar el carnaval y ver que se suspende?
-Lo que hemos vivido en estos dos últimos años con el Covid no tiene parangón. El carnaval se echa de menos, pero esto es algo tan extraordinario que lo deja todo en un segundo plano. Los que llevamos mucho tiempo haciendo carnaval tenemos una rutina, un ciclo creativo diría yo, y por eso a veces las ideas te sorprenden viendo una película o se te ocurre un disfraz o tarareas algo a la guitarra. Pero tampoco creo que sea malo descansar, para retomar el concurso con nuevas ideas y ganas.
¿Ha aprovechado este tiempo para escribir? ¿Sobre qué? ¿Qué político no se puede perder la actuación de Clandestinos este año?
-No he escrito. Yo y la inmensa mayoría de la gente que se dedica al carnaval en Cádiz somos amateurs, tenemos nuestras profesiones y trabajos. Yo hago carnaval buscando un tiempo que casi no tengo, y siempre es con vistas a un concurso o un estreno. Si no tienes una meta, el tiempo se lo dedicas a otra cosa. El tiempo tengo que sacarlo de fines de semana o noches sin dormir. Y Clandestinos es una obra que trata sobre la persecución que hubo por parte de la dictadura franquista de la gente del carnaval, de la palabra cantada y la palabra del pueblo. Fue una represión brutal, y hoy en día es difícil comprender cómo gente que hacían cosas tan sencillas tuvieran tanta trascendencia para los gobernantes, y esas actitudes reaccionarias las vemos actualmente en más de un político sin ningún tipo de pudor. Así que no estaría mal que algún político la viese. No obstante, yo se la aconsejo a todo el mundo.
¿Cuándo y cómo empezó Tino Tovar en el mundo del carnaval? ¿Ahora se sube al escenario o dirige desde la barrera?
-Yo empecé en el carnaval con 16 o 17 años. Me llevé seis años los concursos infantiles y juveniles, y el último año ya saqué por primera vez comparsa con mi mismo grupo, haciendo letra y música, y con ese mismo grupo entré en la modalidad de adultos. Por lo menos en mi época, para un niño gaditano era sencillo entrar al carnaval. Es una afición, una pasión que impregna a toda la ciudad, y los chavales teníamos fácil acceso al carnaval; una vez que lo hacías era difícil despegarse porque es algo muy chulo y divertido, que por unos días te convierte en algo que no eres. Te hace sentir que la gente te quiere. Y no, ya no dirijo la comparsa. La llevé los primeros diez años, pero ya no. Incluso ya no salgo desde hace tiempo. Es que reitero que somos amateurs, y para hacer una comparsa que compita a estos niveles requiere de una energía y un tiempo que no es compatible con ensayar todos los días. Yo tomé la decisión de que si quería seguir escribiendo y haciendo carnaval tendría que dejar de salir. A los ensayos suelo ir los viernes y si hay algo que no me gusta, se lo digo al director. Es la única manera que tengo de sobrevivir a esta locura del carnaval.
¿Va a cantarle a la subida de la luz o al Covid?
-Los temas de actualidad siempre se tocan en el carnaval, forman parte de la idiosincrasia de esta fiesta. Esas cosas se tienen que tocar. Son temas difíciles de tocar porque cuando lo haces te pueden pisar la idea o pueden no ser interesantes ya para la gente. Claro está, siempre hay que estar al pie de las noticias y entiendo que algo haremos. Pero bueno, a mí también me gustan los temas atemporales.
¿Qué vamos a ver en Melilla?
-Voy a hacer un pregón orientado hacia el carnaval, la creación carnavalera y la figura de Momo, incluyendo la vida y la muerte del carnaval con la quema del dios Momo. El pregón irá aderezado con temas del espectáculo de Tinología, y luego habrá una selección de coplas no tan conocidas, inéditas en algunos casos. Y todo eso cantado por las mejores voces, quizás, de las últimas décadas del carnaval de Cádiz. Espero que la gente lo disfrute; voy con una ilusión extraordinaria de echar un buen rato y que en Melilla quede un buen recuerdo de este servidor y su comparsa.
¿Pesa mucho la corona de ser el rey de los carnavales de Cádiz?
-La verdad no soy mucho de coronas ni realezas ni me considero rey de nada. Pero ser el que ahora mismo tiene el primer premio de comparsa en el carnaval de Cádiz sí que tiene un peso y una relevancia indiscutibles.
¿Por qué cree que el carnaval se vive de manera tan intensa en su tierra?
-Porque forma parte del ADN de esta ciudad. Es una tradición que pasa de padres a hijos, y que le da voz al pueblo desde el pueblo. La voz al pueblo se le ha dado siempre desde otros altares, pero que sea el propio pueblo quien levante su voz y lo haga con una intención poética y musical, es algo maravilloso. El gaditano lleva la palabra cantada en su alma. La chavalería de la ciudad mama el cante y las composiciones. Yo no conozco un sitio en el mundo donde haya más gente que sabe tocar un instrumento por metro cuadrado. Y eso es gracias al carnaval.