Desde el cierre de la frontera con Marruecos en marzo de 2020, las especias han aumentado de precio en Melilla.
Así lo dice Ismael, un comerciante melillense que lleva más de 30 años vendiendo especias en el Mercado Central. Él cree que el incremento es de cerca de un 60 por ciento. “Últimamente ha aumentado un poquillo. Desde el coronavirus, hace dos años ha aumentado mucho”, ha dicho a El Faro.
La crisis sanitaria del coronavirus se ha sentido también en la alimentación con el incremento de precios.
Ismael baraja que las especias han subido “un 60% más o menos, porque normalmente el producto venía de Marruecos y claro, lo teníamos un poquito más barato, pero ahora viene de otro lugar y con el transporte y todo eso cuesta un poquito más”.
En Melilla, 70 gramos de especias morunas puede costar 1 euro. En otro comercio, tienen los precios por kilo. Allí, la pimienta negra, el pimentón dulce, la cúrcuma molida, el jengibre molido y el comido cuestan 8 euros.
Por otra parte, también se vende en Melilla el kilo de romero, eneldo a 10 euros; el orégano a 14 euros y el tomillo en semillas a 8 euros.
Los ciudadanos de a pie generalmente compran estas especias por gramos, y van cada cierto tiempo al mercado y otras tiendas en busca de más; pero también acuden los encargados o trabajadores de restaurantes en busca de éstos para sus comidas.
Siguen las ventas
Pese al incremento de precios, las especias se siguen vendiendo. Explica que las más buscadas son la cúrcuma, “que dicen que tiene unas propiedades para la circulación de la sangre o para la tensión, se llevan jengibre también que tiene otras propiedades muy muy buenas y especias morunas que es lo que más se lleva porque es lo más típico de todo”.
Pero también se vende mucho el pimentón dulce y el picante, la pimienta negra, el laurel, el anís, entre otras.
Ismael vende ñoras para las paellas y el orégano, para dar gusto a las comidas. Sin dejar de lado el comino, la nuez moscada y el romero.
También ofrece especias morunas, que es un preparado de comino, pimienta negra, cilantro, pimentón, cúrcuma, jengibre y nuez moscada.
Cocinar con especias es una tradición en las casas melillenses. De hecho, en la ciudad hay varias tiendas que ofrecen estos productos.
La demanda de especias en la ciudad es alta. Se nota, sobre todo, durante las festividades cuando se hacen colas en algunos de estos establecimientos. Allí, se puede esperar hasta 30 minutos para comprar estos condimentos.
Ismael dice que muchos melillenses compran las especias tanto para darle gusto a las comidas como por sus propiedades medicinales.
En este sentido, explica que por sus beneficios a la salud, muchos van a su tienda en busca de jengibre y cúrcuma.
También, vende frutos secos como nueces y almendras, que son beneficiosas para la salud.
Cocinar con especias, una tradición que va de generación en generación
Las especias son una parte importante en la comida en Melilla. Dan sabor, aroma y gusto a los platos que se preparan en las casas melillenses.
Cocinar con especias es una tradición que va de generación en generación. Lusa, quien compraba especias en el Mercado Central. Explica que ella aprendió de su madre y ha enseñado a sus hijos.
De hecho, compra especias en la ciudad y las envía a su hijo. “Hace poco le compré a mi hijo y lo mandé para afuera”, dice a El Faro.
Su hijo vive en Algeciras y hasta allá llegan las especias que compra en Melilla.
“Siempre me dice ‘mamá, ¿qué voy a hacer de comer?’ y le digo tienes que comprar esto y lo compra y hace la comida”, asevera.
Ella fue al Mercado Central de Melilla en busca de comino, pimienta negra, azafrán y jengibre.
Lusa cocina con especias y dice que éstas no pueden faltar en su cocina, pues las utiliza cuando prepara carne, la harera y demás platos que sirve a sus familiares.
Pero ella no es la única que compra especias en la ciudad y las envía a sus familiares que viven en la península.
María, una residente de la ciudad, señala que compra especias en el mercado y las envía a sus familiares en la península.
El sabor y el aroma de las especias de Melilla son únicas. “Hay algunas que no se consiguen en la península y a mi familia les encanta”, dice.
El aroma de estas especias es capaz de impregnar un área de la casa.
María del Carmen llegó hace poco a la ciudad y ya ha comprado especias en Melilla para preparar algunas recetas, tanto dulces como salados. “Compré clavo molido y se siente el olor. Es puro. También compré canela”, dijo mientras comentaba que en su casa tenía pimentón dulce y picante, así como también comino y orégano.