Entre los objetivos de esta entidad están incentivar y fomentar todas las acciones encaminadas a dinamizar y sostener el tejido socioeconómico y el apoyo de los jóvenes emprendendedores.
La Fundación para el Estudio y Desarrollo de la ciudad de Melilla (Fedesme) se presentó ayer a la sociedad melillense a través de un acto de homenaje a seis personas representantes de diferentes áreas de la vida social y política ya fallecidas que influyeron notablemente en el pasado.
El presidente de la fundación y expresidente de la Ciudad Autónoma, Ignacio Velázquez, fue el maestro de ceremonias en un evento que congregó a un gran número de ciudadanos que no quisieron perderse este acto emotivo donde el protagonismo de la entidad se dejó en segundo puesto para destacar la relevancia de las seis personalidades homenajeadas.
El profesor y político Andrés Pimentel, los empresarios Alberto Wahnan, Ayu Lalchandani, José Cabanillas, Hach Mohamed Amar y el funcionario Ramón Rico fueron recordados con cariño por los presentes a través de un vídeo que recogió fotografías antiguas de estos “ciudadanos ejemplares”, tal y como indicó el presidente de la fundación en su discurso. Unas personas de las que se debe aprender por su ejemplar comportamiento y a las que se debe imitar, “un espejo donde verse reflejado”, según confirmó Velázquez.
Responsabilidad civil
Una mirada al pasado de Melilla para ver el legado que hombres como los homenajeados ha dejado a las generaciones actuales fue uno de los objetivos de este evento, de forma que se remarcó la dignidad y el respeto, que fueron la filosofía de sus vidas, y las mejoras en diferentes áreas de la ciudad a través de la dignidad de sus trabajos.
Velázquez remarcó el deber de la sociedad civil de implicarse en la vida social y de participar de forma activa en ella para promover el crecimiento de la ciudad, así afirmó que no debe eludir esta responsabilidad y enumeró diferentes cauces a través de los cuales se puede emprender este cometido, como por ejemplo, las asociaciones de vecino, las entidades sin ánimo de lucro y otro tipo de organizaciones.
Objetivos de Fedesme
La Fedesme se presentó como una fundación privada sin ánimo de lucro que nace con vocación de incentivar y fomentar todas las acciones encaminadas a dinamizar y sostener el tejido socioeconómico de la ciudad de Melilla.
Así, se destacó su vocación de estar al servicio de la ciudad y sus ciudadanos. Uno de los pilares de la entidad es la promoción de la investigación, estudio y análisis de la realidad social y económica local, la planificación y ejecución de campañas de mercadotecnia y publicidad para fomentar la participación ciudadana y defender los intereses y la imagen de Melilla. Por otro lado, el presidente de la fundación indicó que Fedesme impulsará el inicio de proyectos empresariales concretos que redunden en la ciudad dando prioridad a la participación del empresario joven e indicó su compromiso con el apoyo de la realidad cultural local en el interés de avivar su divulgación e importancia social.
Velázquez remarcó que aunque algunas de las personas que componen esta fundación no son melillenses de nacimiento sí se sienten como tal.
Entrega de reconocimientos
Al acto no pudieron acudir la familia de Andrés Pimentel, de quien destacaron su implicación en la vida política y ser un precursor de materias medioambientales, ni los familiares de Alberto Wahnan, de quien remarcaron su pasión por la sociedad melillense.
Por ser un hombre polifacético, un empresario ejemplar y creer en la multiculturalidad se reconoció la labor de Ayu Lalchandani, por lo que fue entregada una placa a su mujer quien agradeció con clara emoción el gesto de la fundación y el aplauso de los presentes.
La nieta de Hach Mohamed Amar fue la encargada de recoger la placa dedicada a su abuelo de quien señaló su labor en la sociedad melillense a la hora de sentar unas bases caritativas y humanísticas. ‘El artista’ era el seudónimo con el que se conocía a este gran hombre de quien elogiaron su sabiduría y su espíritu de convivencia y el afán que tenía por practicar esta virtud.
Un militar pero empresario de vocación, de José Cabanillas, remarcaron su afortunada actuación con la empresa Gaselec en la que entró como accionista en año 58, justo cuando tenía una deuda millonaria con una entidad bancaria y que tan sólo en cinco años pudo pagarla y comenzar a generar beneficios.
La última placa homenaje fue a manos de la mujer de Ramón Rico, funcionario ejemplar que encarnaba el papel que marcaba su trabajo, un servidor del pueblo, tal y como afirmó Velázquez. La prudencia, el saber estar y su disponibilidad oportuna fueron destacados por el presidente de la fundación como cierre del acto.