La implantación del pasaporte covid en la ciudad cogió desprevenidos a los melillenses. La Consejería de Salud Pública anunció, a través del BOME, la llegada de la nueva norma sobre las 21:00 horas del pasado viernes, dando apenas tiempo a ciudadanos y hosteleros a adecuarse a la novedad.
La nueva medidas fue una sorpresa. Apenas unas horas antes, esa misma mañana, la consejera del área, Francisca García Maeso, había anunciado que se había solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que validara la implantación del pasaporte covid en la ciudad, pero nadie, ni siquiera dentro de la propia Administración, esperaba que el veredicto de la Justicia fuese tan rápido. Una vez dada luz verde, se apresuró a publicar la orden sin más información que lo que reflejaba en el Boletín Oficial de la Ciudad y sin que la población tuviese tiempo de preparase para los cambios.
El resultado de esta celeridad lo vimos ayer, con decenas de personas desorientadas sin saber muy bien que implicaba la medida y acudiendo a la Oficina de Atención al Ciudadano para intentar tramitar el documento.
Tampoco han tenido suficiente tiempo en el sector de la hostelería, que en apenas unas horas ha tenido que adaptarse para intentar mantener la afluencia de clientes a sus establecimientos.
La intención de evitar un repunte de contagios durante el puente no puede ser la escusa para lo que ha devenido en pura improvisación. Como ejemplo el anuncio de la ampliación del horario de la oficina donde se solicita el pasaporte, que no llegó hasta bien entrada la mañana, lo que desvela que no era una medida contemplada y que se había reaccionado al ritmo de los acontecimientos y con descoordinación.
Los tiempos no se han medido bien, se ha generado desorientación entre lo melillenses y se ha puesto en un brete al sector de la hostelería, uno de los más castigados por la pandemia y que merece un mimo especial por parte de la Administración. La previsión en este tipo de decisiones es capital, no se puede actuar de golpe y olvidarse de las consecuencias. Se debería haber informado con antelación de la fecha de puesta en marcha de la norma y haber explicado qué es y como funciona el pasaporte covid antes de que fuese obligatorio.