La familia de un policía nacional sevillano de 48 años fallecido en Melilla en 2014 ha demandado al Estado para que su muerte, debido a un infarto de miocardio, sea considerada fallecimiento en acto de servicio, después de siete años intentando que se conceda una pensión a su viuda que ahora ha sido denegada.
En un comunicado, el bufete sevillano Osuna, que representa a la viuda, ha informado de que el fallecimiento se produjo mientras el agente dormía durante un periodo de disturbios en Melilla por el intento de entrada ilegal de inmigrantes y la familia no ha conseguido que se conceda una pensión, que acaba de ser denegada, por lo que han presentado una demanda en la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
La demanda se acompaña de pruebas médicas que demostrarían que en la muerte del agente influyeron las graves alteraciones de orden público en las que tuvo que trabajar, en las que grupos numerosos de personas desconocidas prendieron fuego a contenedores, arrojaron coches al centro de la calzada y los incendiaban o provocaban daños en el mobiliario público.
Los agentes de la unidad permanecieron en situación de alerta extrema, por lo que no disponían de los descansos adecuados, puesto que en cualquier momento podían ser requeridos por la superioridad, y poco antes de fallecer el policía se retiró a descansar por la noche “después de una jornada completa de trabajo en las dramáticas condiciones expuestas”, y “no se encontraba bien y estaba especialmente fatigado y muy tenso”.
El policía falleció por infarto agudo de miocardio
El policía falleció mientas dormía a las 3.00 de la madrugada, y formaba parte del personal operativo de la Unidad de Intervención Policial, con destino en Sevilla, pero desplazado ocasionalmente a Melilla.
El informe de autopsia forense determinó que el fallecimiento se produjo por infarto agudo de miocardio.
La viuda expone en la demanda que su marido sufría una carga de trabajo realizada en alerta máxima, sin horarios y turnos fijos para hacer frente a las avalanchas y desordenes públicos que se estaban registrando en la ciudad de Melilla, “ y con un altísimo grado de estrés laboral”, y apela a que se tenga en cuenta la influencia del estrés laboral en los accidentes cardiovasculares, “ya que realizaba un trabajo con riesgo, estresante, sin horarios ya que estaba en una misión fuera de su domicilio”.