“Mi marido me pega lo normal, pero hoy se ha pasado”. “No crea que mi marido me pone la mano encima porque yo nunca le he dado motivo”. Son algunas de las frases que el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, ha escuchado como médico forense y como conferenciante a lo largo de estos últimos años, tal y como comentó durante una conferencia impartida en el instituto Leopoldo Queipo para los alumnos de Bachillerato. El objetivo de esta charla era concienciar a los jóvenes de que nunca admitan conductas violentas, ya que dan lugar a la normalización de esta situación.
En el estudio realizado en el Ministerio de Igualdad en todas las comunidades de España con más de 11.000 encuestas a jóvenes entre quince y 18 años se comprobó que el 13 por ciento de los chicos reconoció haber ejercido algún tipo de violencia sobre su pareja y el 10 por ciento de las jóvenes reconocieron haberla sufrido.
En este sentido, Lorente avisó de que actualmente hay contextos donde el uso de la violencia y el maltrato es algo frecuente en las edades más jóvenes.
“Esto hay que cambiarlo ya que estas conductas violentas se pueden traducir en una situación de intensidad cuando se inicia una situación más estrecha”, afirmó.
Así, indicó que no hay que depositar la confianza en el tiempo porque no es una cuestión que se resuelva con su paso, sino que hay que dotarlo de contenido, realizar políticas educativas y criticar elementos que se identifiquen con el machismo, como la crítica, la intimidación o la imposición de la opinión y forma de proceder. Todas estas situaciones irán en aumento y terminarán en agresiones físicas, tal y como aseguró el delegado del Gobierno para la Violencia de Género.
Erradicar estas muestras machistas de la gente joven no sólo asegura que no haya situaciones agresivas entre ellos sino que en el futuro no se reproduzcan.
Conferencia
Lorente indicó que determinados roles sociales asignados a través de la cultura como que el hombre tienen que proteger y controlar y que las mujeres deben cuidarlos son causantes de muchas actitudes machistas agresivas que desembocan en violencia contra la pareja. Estas actitudes deben eliminarse tanto en el hombre, por ser parte activa, como de la mujer, que queda atrapada en este contexto machista.