El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Eduardo de Castro, expreso ayer que “hay que parar el ímpetu imperialista del reino alauita” en referencia a la crisis con Marruecos. Apuntó a que, en declaraciones anteriores, ya había advertido que la situación pasaba “por una calma tensa”. Espera poder ir pronto a Ceuta para mostrar la unión entre las dos ciudades y dar el mensaje a Marruecos de que no están solas.
De Castro valoró que “lo único bueno” que tiene esta crisis diplomática es que “al fin todo el mundo tiene claro que, además de España, somos Europa, somos la frontera sur de Europa y lo tiene que entender el reino alauita”. Piensa que es “inadmisible” que Marruecos presione extorsionando y asaltando las fronteras de las dos ciudades.
Respecto a las declaraciones que han venido realizando desde el Gobierno marroquí, De Castro las calificó de “impresentables”, pues no entiende que un ministro o una embajadora haga dicho tipo de declaraciones por un problema de política exterior y que para presionar se use a menores de edad, a mayores en situación de vulnerabilidad es de una “desvergüenza e incongruencia”. Señaló que hace tres años se celebró en Marruecos una conferencia internacional sobre los derechos del niño y que ahora han mandado a 1.500 menores a Ceuta más los adultos que suman 10.000 en total. Cree que este tipo de actuaciones no tienen cabida en un estado que quiere mostrarse como moderno.
De Castro subrayó que a Marruecos puede que vuelva a presionar en las fronteras, pero que no le ha salido bien la jugada debido a que su imagen internacional se ha deteriorado después de verse imágenes tan duras como el de un bebé siendo rescatado por la Guardia Civil en el mar. “Un país serio no puede hacer eso, no puede usar a menores, tiene una obligación y un deber para sus ciudadanos, pero los está tratando como súbditos”.
“Es del todo impresentable, es inadmisible, no solo lo dice el Gobierno de España, sino también las instituciones europeas, que han criticado que esta situación no puede seguir así”, expresó. De Castro espera que Marruecos recapacite y los problemas que tenga de otro tipo los arregle en los foros destinados a ello, que son los que están bajo el paraguas de la diplomacia. “Estos problemas se arreglan con ministros de asuntos exteriores, con embajadores y no con seres humanos”, ni con menores ni a costa de Ceuta y Melilla”, dijo.