María Cristina Hernández González (12 de septiembre de 1977) Es doctora en Estudios Filológicos por la Universidad de Sevilla y profesora de Lengua y Literatura en el IES Miguel Fernández. Ha publicado libros y artículos sobre arte, patrimonio, feminismo y literatura. También escribe poesía y realiza proyectos de igualdad en educación y cultura. El último libro que ha publicado es ‘[H]ego’. “Mi filosofía de vide es feminismo (concretamente, la ginocrítica y la tealogía, con a)”.
–¿Cómo se describiría a nivel personal?
–Soy demasiado autoexigente, perfeccionista casi obsesiva, muy leal con mis seres queridos, insegura a veces también.
–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?
–Zapatos, sobre todo, stilettos.
–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?
–No suelo llevar joyas, cada vez soy más minimalista en este aspecto. Nunca me quito la alianza. Me gustan los pequeños colgantes con cadena fina. Y los anillos de plata con pedrería.
–Expresión melillense que más use o que le llame la atención.
–Me encantan dos y además los digo bastante: “tirarse por los cortados” y “darse un rule”. Ahora nuestra juventud ha impuesto el uso peculiar de “entanarse”, dejando ya nuestro añejo “botijo” casi en vías de extinción.
–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.
–Melilla la Vieja, especialmente el Museo de las Peñuelas y la capilla de Santiago, esta última la única muestra de arte gótico en África. De pequeña me encantaba el Parque Lobera.
–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?
– ‘La Divina Comedia’ de Dante Alighieri, para mí es la obra universal por excelencia. El último libro que he leído, en inglés y acabado hace unos días, es ‘The Resurrection of Mary Magdalene: Legends, Apocrypha and the Christian Testament’ (2002) de Jane Schaberg, para un estudio iconográfico sobre María Magdalena. Leo muchos ensayos y catálogos de museos en inglés.
–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?
–Difícil elección... ‘Melancolía’ (2011) de Lars von Trier es una película clave para entenderme. Añadiría ‘La Juventud’ (2015), de Paolo Sorrentino, de quien citaré también su magnífica serie ‘The Young Pope’ (2016), imprescindible obra maestra.
–Mi tiempo libre lo dedico a...
–La investigación, la lectura y la escritura, ver mucho cine, caminar mientras escucho música... Añoro poder viajar al extranjero. He hecho la promesa de regresar a Florencia cuando acabe esta pesadilla pandémica.
–Un recuerdo de la infancia.
–Navidades. Papá Noel, tan denostado hoy, trayéndome muchos libros del Barco de Vapor, mi hermana y yo sentadas en el suelo junto al árbol, mientras mi padre y mi madre ponen en su tocadiscos el último vinilo que han comprado.
–Un juguete.
–El ‘Simon’ me fascinaba por esa combinación de memoria, colores y sonidos. Ahora de adulta sigo asociando melodías con un color, con personas, con momentos vividos e incluso con momentos imaginados.
–Su fiesta favorita.
–Aunque importada, me encanta ‘Halloween’, porque me parece muy creativa para peques y no tan peques. También porque coincide con el cumpleaños de mi hermana y con mi aniversario de boda.
–¿Cocina? ¿Se le da bien?
–Nada, soy un auténtico desastre. Admito que soy muy negligente en la corresponsabilidad del hogar: siempre intento escaquearme. Mi marido tiene una paciencia y una comprensión infinitas.
–No puede resistirse a un plato de...
–Chocolate negro. Cacao al 90% como mínimo.
–¿Qué tarea del hogar no soporta?
–¡Todas! Prefiero encargarme de los aspectos tecnológicos de casa.
–¿Personaje histórico que le llame la atención?
–Pues diré dos varones y dos mujeres: Leonardo da Vinci, el auténtico William Shakespeare (para mí, Edward de Vere), la Reina Elizabeth I de Inglaterra y Sor Juana Inés de la Cruz.
–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?
–A la Inglaterra isabelina.
–¿Viajaría al futuro?
–Sí, sin dudarlo. Para aplicar lo visto en el presente y así mejorarlo.
–¿Es supersticioso?
–Lo soy cuando subo al avión. Antes de despegar me repito mentalmente tres frases tres veces cada una.
–¿Se arrepiente de algo?
–Sí, de haber causado daño a seres queridos, de ser demasiado expeditiva a veces. También de cierta cobardía prudente que me impide no hacer lo que deseo y hacer lo que no quiero. No creo en eso de que se aprende de los errores. Se aprende cuando intentamos evitar errores similares.
–¿Cuál es su principal miedo?
–Vivir con miedo.
–Algo que deteste de usted mismo.
–Mi tendencia al pensamiento rumiativo, preocuparme en exceso de lo que no depende de mí.
–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.
–Florencia.
–Si le tocara la lotería…
–Lo dividiría en cinco partes: 2/5 lo ahorraría, otras 2/5 partes para mi familia, y 1/5 lo donaría a entidades protectoras de animales.
–Un chiste.
–En lugar de un chiste, citaré una frase de la película ‘Amanece que no es poco’ (1989) de J. L. Cuerda: “Yo es que he pensado que a mí también me gustaría ser un intelectual. Como no tengo nada que perder...”.