Debería estar de más decirlo, pero teniendo en cuenta la extrema y hasta incomprensible y exagerada prudencia del Gobierno Zapatero a la hora de abordar las agresiones contra nuestras fuerzas de seguridad durante los pasados días de conflictos fronterizos. La petición de la Asociación Unificada de la Guardia Civil se reviste de todo valor ante la inminente visita del ministro Rubalcaba al reino alauíta.
El responsable de Interior tiene una deuda pendiente con los policías y los guardias civiles con destino en Melilla. Debe venir aquí también para conocer in situ y a través de sus portavoces la realidad de una situación que ha deparado en lo que hemos vivido durante esta semana y que, como dice el portavoz de la delegación melillense de la AUGC, “se veía venir”.
A las carencias de medios humanos y materiales se unen situaciones que podríamos calificar de surrealistas, como es el hecho de que los sofisticados sensores de nuestra alambrada fronteriza se disparen porque la gendarmería la utiliza cuando quiere como improvisado tendedero.