En una situación crítica y de bloqueo técnico, con una UCI que está rozando el máximo de su capacidad y necesitando reforzar el número de intensivistas se encuentra el hospital Comarcal. Así lo explicó el secretario del Ilustre Colegio de Médicos de Melilla (ICOMM), César Feliu, quien señaló que las tres camas adicionales de la UCI no cumplen con los estándares para pacientes Covid.
Afirmó que el hospital Comarcal se encuentra en una situación crítica que han catalogado de “bloqueo técnico”, al estar “al borde de las capacidades humanas y materiales en la Unidad de Cuidados Intensivos”. Explicó que, aunque desde el Ingesa informen de que quedan camas disponibles en la UCI, a juicio del ICOMM “estas no cumplen con unos estándares mínimos para una asistencia a un paciente respiratorio crítico como el paciente Covid”.
Señaló que esas camas están ocupadas, por lo que a efectos técnicos, reiteró, “estamos al borde de nuestras capacidades y al 100%”.
La UCI del hospital Comarcal contaba hasta hace unas semanas con 14 camas y luego fue ampliada a 17. Para Feliu, en nombre del ICOMM, las tres adicionales no cumplen con los estándares para un paciente “con las características que tiene que ser manejado como un paciente Covid”.
Por otra parte, informó de que las 17 camas UCI se encuentran en distintas áreas del Comarcal lo que hace que la “asistencia clínica sea muy deficiente”, pues a efectos prácticos el intensivista de guardia debe estar yendo constantemente de una zona del hospital a otra porque tiene dos pacientes en un área, tres en otra y siete en otra, “eso hace que la calidad asistencial se vea mermada”, dijo.
Sobrecarga de trabajo
Melilla tiene 10 meses sufriendo los efectos de la pandemia y el hospital Comarcal soportando una alta presión asistencial. Cinco intensivistas y dos refuerzos están llevando una carga asistencial “que roza lo inhumano”, dijo Feliu, atendiendo a 12 o 13 pacientes y, en caso de ingresar más, brindarán asistencia. Explicó que un intensivista no debería atender más de tres o cuatro pacientes en una mañana, pues son personas que requieren una atención especial, tiempo y cuidados.
Aseveró que se necesitan tres o cuatro intensivistas más para aliviar la carga de trabajo de los profesionales, siendo una de las demandas que hacen desde el ICOMM. “Que vengan para hacer muchas guardias y para trabajar mucho, manteniendo el nivel que están teniendo ahora”, dijo, pues los profesionales “están al borde de sus capacidades físicas”.
A juicio de Feliu a lo largo de estos 10 meses ha habido poca planificación previa y “mucha” improvisación. “Funcionar a base de parches ha hecho que estemos como estemos”, afirmó y agregó que las medidas aplicadas para frenar y reducir la incidencia del Covid-19 en la ciudad han sido ineficaces. “Por eso habrá que pedir responsabilidades políticas porque no es normal que se haya tomado un paquete de medidas tan arbitrarias como las que se han ido tomando que no han servido para controlar la incidencia acumulada”, pero los ingresos han aumentado y, de estos, el 10% ingresa a la UCI.
Reiteró que se han aplicado medidas de manera arbitraria “usando la mentira como eje vertebrador desde la Consejería de Salud Pública. Esto ha hecho que lleguemos a una situación que es insostenible en la ciudad desde el punto de vista epidemiológico y ha hecho que el hospital esté al borde de su capacidad”.
Para Feliu, la segunda ola de la pandemia fue la más dura para los profesionales sanitarios en Melilla pero criticó que se están repitiendo “fantasmas” de esa última oleada que no se deberían repetir y lo achaca a la falta de previsión e improvisación, “fruto de haber perpetuado situaciones que eran excepcionales en el tiempo”, como es que hayan solo cinco intensivistas en la ciudad cuando sabían que haría falta más personal humano.
Escuchar a los profesionales
El secretario del ICOMM dijo que las medidas anticovid aplicadas han llegado tarde, son arbitrarias y no se ha cortado la transmisión como debió hacerse. Ejemplificó con normas que han tomado en otras autonomías del país en que se “cerraron” barrios y distritos sanitarios donde se demostró que había un brote del virus, así como también se cerraron aulas.
Recordó que en el último BOME Extraordinario se decidió cerrar los lugares del culto un día a la semana cuando “se ha demostrado que allí no había contagios. Es decir, se ha recurrido a la mentira de forma sistemática para avalar esas medidas que son totalmente inefectivas. Alguien tiene que poner orden en esa consejería y que se comience a actuar acorde a la ciencia y a criterios que pongan coto al virus en la ciudad y que reduzcan la tasa de transmisión de virus de forma drástica”.
El ICOMM ha pedido a lo largo de estos meses aplicar medidas restrictivas para frenar la Covid-19 y evitar llegar a una situación como la que vive la ciudad. En su momento plantearon el cierre perimetral y el cierre de barrios. Para Feliu, como representante del ICOMM, en la actualidad habría que saber dónde se están produciendo los brotes, pues lo desconocen, “pero si se demuestra que está habiendo brotes en colegios e institutos, pues habrá que cerrarlos”.
De la misma forma plantea seguir la evolución de determinados barrios y sectores para cerrarlos en caso de que haga falta. “Es decir, la Ciudad está tardando ya en tomar esas medidas”, afirmó y agregó que deben centrarse en reducir la incidencia acumulada y hacer caso a los profesionales sanitarios que “piden medios y la utilización de recursos para que puedan seguir salvando vidas”. Afirmó que de no tomarse las medidas pertinentes, el resto de grupos políticos tendrá que depurar responsabilidades.
Desde el ICOMM piden a la ciudadanía que no baje la guardia y extreme las medidas sanitarias como el uso de mascarillas, el lavado “compulsivo” de manos, mantener las distancias de seguridad y evitar contactos y reuniones, pero aclaran que estas normas deben ir acompañadas de medidas efectivas para frenar el virus.
Asimismo, el ICOMM pone en valor el trabajo y el esfuerzo hecho por los profesionales, tanto de Urgencias como de Interna y de los intensivista.