Entre aplausos y con un ambiente inmejorable en la plaza de Armas, pequeños, jóvenes y mayores han disfrutado esta mañana navideña de los juegos de cartas del payaso Sarapín respetando las medidas sanitarias. Todos, tanto los grandes como los niños y niñas quisieron participar y se postulaban como voluntarios cuando Sarapín pedía uno.
El payaso más famoso de Melilla también habló de ese bicho llamado coronavirus y de los sentimientos que acarrea la pandemia. Esta doble actuación tuvo que ser retrasada por el viento, pero esta mañana hacía soleado y ni habiendo terminado la primera actuación, ya había cola para la segunda.