Los líderes de la oposición, Aberchán y Muñoz, se descolgaron ayer con una denuncia que más parece la sinopsis de una película mala de espías que cualquier parecido con la realidad. Según denunciaron, a ambos se les ha “pinchado” los teléfonos móviles para inhabilitarles y dejar a sus respectivos partidos fuera de la carrera electoral de 2011.
Una decisión adoptada por el Poder Judicial, pero que está orquestada por el presidente de la Ciudad, tal y como señalan.
Desde luego las acusaciones son realmente fuertes, primero porque se apunta directamente y, como siempre sin pruebas, a la Justicia; y en segundo término, porque resulta que acusan a Imbroda de estar por encima de todo, de ser el dueño y señor y además, de ser el que maneja los hilos de, precisamente, esa Justicia.
Realmente una película mala, muy mala de espías, que puede acabar todavía peor para los relatores, y que evidentemente, con declaraciones como éstas, no necesitan que nadie destruya su carrera por las elecciones, de eso ya se encargan ellos solitos.