Me llamo Nora y soy de Melilla. ¡Estoy muy feliz! Porque después de 31 días fuera de casa he vuelto con mi familia.
Estuve hospitalizada por neumonía y por coronavirus –dos semanas en el hospital y dos semanas en la residencia, aislada–.
No pensaba contar mi historia porque no me gusta contar mi vida en las redes sociales ni en medios públicos, pero pensé que igual servía de apoyo a otros enfermos.
Fui haciendo un diario, por aburrimiento básicamente y para pasarlo a mis allegados. Me dije, pues, si sirve mi experiencia para algo, la publicaré.
Lunes 12 de abril
Me levantan a las 8:45 para el desayuno... Qué mono este turno, muy madrugador, sí, sí, sí (jaja).
Me pongo hacer cosas de trabajo, pero me llama mi socio y me da una noticia que no me gusta. Para no difamar a nadie, sólo diré, y creo que más de un autonomo y/o empresa pequeña se identificará conmigo, que tienes que luchar más del doble, el cuádruple por lo menos, cuando no tienes padrino –y este dato es muy importante– y cuando no tienes un gran capital. Pero bueno, me considero una luchadora. Y nada, a luchar por más adversidades que te pongan en el camino. Está claro que yo, al ser creyente, sé que todo está en manos de Allah, pero con la ayuda de un padrino (jajaja) evitas esfuerzos innecesarios y ganas en salud.
¡Vivan los autónomos y las pequeñas empresas, que salimos cada día a luchar pese a las adversidades!
Bueno, no voy a permitir que la incompetencia y favoritismo de algunas personas me chafen el día, así que positividad y a comer chocolate (jaja).
Y a leer todos los grupos de padres que hoy empiezan las clases (jajaja). No, vaya líos. En este punto creo que también más de uno se identifica conmigo (jaja). Yo aquí, mandándole todo a mi padre, el pobre, para que se ponga con los niños. ¡Ánimo, papá! Eres un súper abuelo y has sido y eres un súper papá.
También agradecer a toda la comunidad educativa sus enormes esfuerzos por adaptarse, de la noche a la mañana, a este proceso e intentar hacerlo lo mejor posible.
Me acaba de llamar mi compañera de al lado, la que está con su madre dependiente, y me dice que le llamaron esta mañana; que su madre tenía que ir al hospital por ser persona de riesgo. Total, que le ofrecen irse con su madre y se fueron las dos al hospital, con lo bien que me caía. Charlábamos mucho por el balcón (jaja), pero es cierto que en el hospital su madre tiene más atención y qué mejor compañía que su hija.
Tocan a mí puerta: ¡No! Una bandeja gigante de la pastelería Royal llena de dulces, salados y batido (jajajaja). Me quieren cebar (jajajaja). Eso sí, la presentación muy bonita, tipo cesta con papel y lazo. Es de mi compañera y amiga Sara. Gracias, tía.
Me dispongo a dormir. Me duele la cabeza leyendo los grupos de padres. No entiendo nada (jajaja).
Martes 13 de abril
Escucho hablar, ruido, algunas risas. Digo “ya serán las 09:30 para el desayuno”. Miro la hora y las ocho de la mañana. ¡No, qué temprano! Qué turno más gracioso y silencioso, qué monos (jajaja). Bueno, ya que estoy, me levanto. Dicen que a quien madruga Dios le ayuda (jaja).
Me como una barrita de Nutella mientras llega la hora del desayuno mmmm, Jatar (jajaja).
Estoy súper aburrida hoy, así que me pongo a pasear por el salón y habitación. A eso que veo al vecino nuevo de ayer. Lo saludo y nos ponemos a charlar. Qué hombre más agradable y educado. ¡Me cae bien! Aunque, bueno, a mí es difícil que me caiga alguien mal (jajaja), pero realmente era agradable.
Me pongo a trabajar desde aquí, haciendo llamadas y metiéndome en el E-mail.
Leo los grupos de padres y reenvío a mi padre. ¡No veas qué lío!
Miércoles 15 de abril
Hoy nos dicen que podemos salir al patio de doce a dos de la tarde. ¡Qué alegría! Así que, por supuesto, salgo y están mis compañeros. Charlamos, nos reímos... Ha sido una mañana muy agradable y diferente, me caen todos genial.
Me pongo a ver la TV prácticamente toda la tarde hasta la hora de la cena. Luego, hablar por teléfono con amigos y familiares.
Jueves 16 de abril
Me levanto, desayuno, me toman las constantes...
Salgo al patio. Hoy me entero que se puede salir dos horas por la mañana y dos por la tarde. ¡Qué bien!
Hice una videollamada con mis amigos y me distraje bastante. Mientras estoy en el patio, me traen una bolsa con chocolate y chuches. ¡Qué gracia! Es de una amiga.
Hoy estoy un poco nerviosa y con algo de ansiedad porque mañana me harán la prueba, tengo muchas ganas ya.
¡Vamos ya queda menos!
Viernes 17 de abril
Me levanto y me llaman diciendo que en un rato viene la ambulancia para hacerme la prueba.
Veo mi cuarto algo desordenado, así qué decido recoger lo más rápido posible, como toda la vida se ha hecho cuando hay visitas inesperadas, cogiendo todo emburruñado y metiéndolo en el armario y cajones (jajaja).
Me visto y me vuelven a llamar para decirme que tengo que bajar (jajaja) y yo aún ordenando. Bueno, bajo y salgo. Veo la ambulancia y pone tenorio –qué mal rollo, la verdad (jajaja)–. Me dicen que, ya que he salido, me hacen la prueba ahí mismo. O sea, en la calle (jajaja). Total, me da igual mientras me la hagan porque de todos modos solo consiste en meterte un bastoncillo en la garganta y en la nariz.
Bueno, al fin me han hecho la prueba, pero tardarán un par de días los resultados, ya que los envían a Madrid.
Salgo al patio. Hoy vino un chico nuevo. Estuvimos todos hablando y riéndonos en el. Son todos muy simpáticos.
Ayer llamé a un amigo para me comprara un ordenador e impresora para mi casa, con el lío de los colegios tengo uno en casa pero no da abasto. Me llama y me dice que ya lo compró, lo configuró todo y lo dejó en casa. ¡Qué bien, gracias! Espero que a mis hijos les guste. Creo que más de un padre y madre esta semana ha hecho lo mismo que yo.
Me manda dos vídeos de risa mi amiga Laura hechos por ella misma. Iban sobre nosotras dos. Hizo un montaje de mí, como si estuviera a su lado (jajaja) y me río un montón.
Hoy nos dicen que esta noche nos traerán pizza de cenar, que de qué la queremos. ¡Qué bien! (jaja).
Aviso de que no me levanten para desayunar mañana. Es viernes noche y tengo planes (jaja). Bueno, en realidad ver una película con rufitos, algo es algo.
Sábado 18 de abril
Me levanto, me ducho y veo que está lloviendo un poco. Total, que no puedo salir al patio.
Por la tarde hace mejor tiempo, así que decidí salir al patio. Sólo había un compañero, puesto que hacía algo de frío. Estuve andando, charlamos un poco y me voy, no me quiero resfriar.
Estoy un poco aburrida hoy e impaciente, la verdad. En esto que recibo una llamada de una doctora del 061, Bárbara, y me dice que los resultados ya están y son negativos. ¡Qué bien! ¡Ya he superado el coronavirus! Le comento que sigo con presión en el pecho y me canso mucho y me dice que vaya a mi doctora de cabecera porque pueden ser secuelas de la neumonía pero que debo mirármelo.
Llamo a mi familia y amistades más íntimas y, por supuesto a la señora T, para darles la buena noticia. Y voy a tocar a las puertas de mis compañeros de la residencia una por una y les doy ánimos y apoyo. Les dije que pronto saldréis de esta como yo. Me despido del personal que había.
Recojo todo como una loca (jajaja). Pido bolsas negras para cuando entre las cosas en mi casa no infectar. Vienen por mí y yo súper contenta. ¡Voy a ver a mis hijos!
Llego a casa y veo a los niños, qué guapos están, Dios mío. Mi hijo se escondió detrás de mí padre (jajaja). Qué gracioso. Les digo que no me toquen, ya que llevo ropa de antes. Así que pido una bolsa, me meto en el baño, meto la ropa, me ducho y ¡salgo abrazarles!
¡Estoy muy feliz! Cuando ya llevo una hora y pico en casa aviso a los demás contactos y escribo en los grupos de padres de los colegios de mis niños y me dan muchas muestras de apoyo. ¡Ya terminó todo!
De todo se sale. Ha sido duro después de treinta y un días sin ver a mi familia y amistades, pero salí. ¡Y espero que todo el mundo salga de esto, en especial mis compañeros!