La ministra de Medio Ambiente conminó al presidente de la Ciudad Autónoma a incluir obras como la de Horcas Coloradas en sus posteriores balances de Gobierno.
Momentos después de descubrir la placa conmemorativa de la playa de Horcas Coloradas, la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Elena Espinosa, dirigió unas palabras a los asistentes al acto para detallar las acciones de la obra. Sin embargo, durante su intervención también hubo lugar para la crítica, pues señaló al presidente del Ejecutivo melillense, Juan José Imbroda, que cuando realice balances de Gobierno “cuente también que la Administración del Estado está comprometida con esta ciudad y no escatima en recursos”.
Al hilo de estas palabras, quiso poner en claro lo ocurrido con el primer proyecto de Horcas Coloradas, redactado por la Ciudad Autónoma, y sobre el que aseguró “que se quedó en un mero papel”, ya que nunca fue licitado por el Gobierno de José María Aznar, ni aprobado por la Dirección General de Costas.
Y es que según la ministra, aquella iniciativa tenía un profundo impacto ambiental sobre la zona que la hacía inviable, pues hacía desaparecer la playa natural en lugar de una carretera de acceso, y que además no estaba prevista la toma de medidas de seguridad ante posibles desprendimientos. Por último, apuntó que se preveía la construcción de cuatro diques de contención, con los cuales “hubiera sido imposible ver el mar desde la arena”.
Así pues, otorgó el mérito de la obra a la Administración de José Luís Rodríguez Zapatero, pues aseguró que cuando éste llegó al poder en el año 2004, retomó el proyecto como parte de una política prioritaria para la regeneración de las costas españoles y de un compromiso para con Melilla. De este modo, las obras comenzaron en 2008, logrando que en el plazo de dos años años “la ciudad pueda disfrutar de su primera playa a mar abierto”.
Espinosa también apuntó que actuaciones de este tipo entroncan con la política de sostenibilidad planteada por el Ejecutivo central, pues recordó que para la creación de Horas Coloradas se primó la conservación de elementos naturales y del paisaje de la zona. “Esta playa se ha convertido en paradigma de la línea que debe seguir el resto del litoral español”, subrayó.
También tuvo palabras para el consejero de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma, Ramón Gavilán, quien también estuvo presente en el evento, pues le recordó que le compete a su área la implantación de algunos servicios de los que aún no dispone Horcas Coloradas, como seguridad, iluminación o zonas de aseo. “La obra, por parte del Gobierno, ya está acabada”, sentenció.
Una obra de envergadura
Al hilo de su intervención, Espinosa celebró que el Ejecutivo socialista demostrara su compromiso con la ciudad con una obra de tal envergadura, pues recordó que el coste de la misma ascendió a 16,5 millones de euros, y que se había actuado tanto para rehabilitar y limpiar la zona, como para construir una carretera de acceso que bordeara la zona del vertedero de residuos sólidos.
“Es una obra que garantiza el bienestar y un aumento en la calidad de vida de los melillenses”, precisó, “pues la regeneración del litoral español ha sido siempre una prioridad para este Gobierno. Además, el proyecto es todo un ejemplo de lo que debe ser una política de sostenibilidad”, concluyó.
Momentos después de sus palabras, la ministra inspeccionó las distintas instalaciones de la playa y el nuevo paseo de 1.748 metros de longitud. También tuvo tiempo ver, desde la carretera de acceso, la otra playa que se ha creado gracias a la actuación de su Ministerio, la de la Alcazaba, aunque es de menor tamaño que la de Horcas Coloradas, pues sólo cuenta con unos 210 metros de largo.