La Feria de Melilla llegó a su fin. Nueve días de fiestas que, en esta oportunidad, dejan un balance agridulce para quienes participaron en el recinto ferial. El aviso amarillo, que posteriormente fue naranja, de lluvias y tormentas para el pasado fin de semana, obligó a que la noche de este sábado se suspendiera el concierto del Mago de Oz y se cerraran las atracciones. Esto provocó el malestar de los feriantes, quienes dicen haber sido obligados a cerrar y se quejaron del trato recibido. La queja se basa en que aunque ellos debieron finalizar la jornada de manera abrupta, los caseteros -señalan-, trabajaron hasta la madrugada.
Por su parte los caseteros, valoraron positivamente la feria. Comentan que aunque en algunas, la afluencia de personas ha sido más baja que en años anteriores, la mayoría tuvo reservaciones programadas y algunas, incluso abrían, con todas las mesas llenas.
La previsión meteorológica de lluvias y tormentas para este fin de semana provocó que muchos melillenses prefirieran quedarse en casa. Este domingo, culminaron las fiestas y quedan 364 días para programar y organizar las del 2020. En el balance es necesario tomar lo positivo y lo negativo con la premisa de mejorar las próximas e innovar. Melilla, sus ciudadanos y sus fiestas se merecen lo mejor.