El Melilla, en la prórroga, logró su séptima victoria consecutiva y se aúpa a la segunda plaza a la espera de saber lo que hace mañana -domingo- el Retabet Bilbao Basket en Palma. En un encuentro marcado por las sólidas defensas de ambos conjuntos, la presión defensiva marcó un final de partido muy igualado, con tiempo extra incluido, y que se acabó decantando para los pupilos de Alejandro Alcoba.
El encuentro comenzó con la tónica de unas defensas muy presionantes ante el movimiento de balón, lo que dio mucho ritmo al juego. Además, ante los buenos bloqueos del ataque melillense, la defensa local no pudo hacer nada por evitar empezar con desventajas que rondaban los cinco y seis puntos.
A pesar de ello, el Melilla no podría disfrutar por mucho tiempo de dichas distancias, puesto que, aunque al Huesca no le salían del todo las cosas como les hubiera gustado, el ataque azulino estaba, en ocasiones, algo precipitado. Los de Alejandro Alcoba cargaron el rebote ofensivo y eso les dio alas, ya que consiguieron bastantes puntos por segunda ocasión desde fuera del perímetro, siendo ésta la clave de que finalizasen el primer cuarto cinco puntos por encima de sus contrincantes.
En los primeros compases del segundo cuarto el conjunto altoaragonés estuvo muy puesto en sus tareas, con un triple anotado, tres tiros provocados y varias buenas defensas que les permitían darle la vuelta al marcador en un momento. Sin embargo, los visitantes reajustaron su ataque, penalizando el mínimo error local, para volver a situarse por encima en el luminoso. Pero la nueva incorporación peñista, Robinson Opong, cogió una racha de diversos tiros acertados, algunos de ellos de 3, que encendieron al público del Palacio.
El resto de la segunda mitad se basó en una continua lucha por ver qué equipo aprovechaba mejor sus opciones en ataque, y éste fue el Melilla, aunque, de todas formas, no pudo distanciarse excesivamente del equipo aragonés. De hecho, fue éste quien se marchó al descanso con una renta de tres puntos muy valiosos.
Tras el paso por los vestuarios el Levitec Huesca comenzó muy enchufado, permitiendo muy poco en defensa y con un ataque bastante efectivo que sabía solucionar todo tipo de acciones. Pero los de la Ciudad Autónoma no se dejarían vencer tan fácilmente, y, gracias a un parcial de 0-6, lograron acercarse más a sus rivales.
No obstante, el quinteto oscense reaccionó ante ello, y volvió a tomar las iniciativas del juego, retomando así el colchón de cinco puntos sobre el equipo decano de la LEB Oro que aguantaría prácticamente hasta el final del tercer cuarto, finalizando éste con un 59-54 en el electrónico.
Para el último cuarto la clave del juego sería la presión defensiva por parte de ambos cuadros, ya que los ataques se sintieron agobiados a la hora de tratar de efectuar sus ideas, algo que perjudicó en mayor medida al Huesca debido a las múltiples pérdidas del balón que sufrió, las cuales dieron la oportunidad a los azulinos de recortar distancias.
Y así lo hicieron. A pesar de que les costó, pusieron en serios apuros al conjunto dirigido por Guillermo Arenas, que vio como la mala eficacia en ataque (en el 4º cuarto no puntuaron hasta el ecuador del mismo) le pasó factura en forma de una mala racha. De todas formas, cuando consiguieron anotar, lo hicieron en grandes cantidades, ya que un parcial de 9-0 les colocó ocho puntos por encima del Melilla a falta de tres minutos.
En los instantes finales el conjunto melillense comenzó a estar algo más acertado de cara al aro tras el mal trago, y logró ponerse a tan sólo un punto de los peñistas a dos minutos del término del encuentro (68-67). Los locales tiraron de posesiones largas para hacer un ataque elaborado que pudiese determinar la contienda a su favor, y los nervios jugaron una mala pasada a los de Melilla, ya que en las jugadas finales y más determinantes no estuvieron a la altura en cuanto a la anotación.
En todo caso, el equipo visitante fue muy costoso de superar, ya que no dejó de dar guerra hasta el último segundo. Y es que entre la buena selección de los tiros y una antideportiva que señalaron a Gjuroski, consiguieron empatar a 76 el encuentro por medio de un gran tiro en suspensión de Franch una vez finalizados los 40 minutos de tiempo reglamentario.
En la prórroga el ambiente cada vez era más tenso, marcado en parte por otra antideportiva, en este caso señalada al visitante Franch. Todo se trataba de saber manejar la presión, y las buenas defensas en ambos lados de la cancha hicieron que toda posesión se jugase como si fuese la última.
Este aspecto influyó mucho en el marcador, permaneciendo de esta manera las distancias mínimas que iban variando de un lado a otro y los empates. En el último ataque local, Tyler Haws sufrió una pérdida muy determinante que provocó que, al contraataque, Gilling pusiese el 87-88 que, en los 2 segundos restantes, el Huesca no pudiese conseguir la épica.