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Gran parte de las personas que la ONG asiste no cumple los requisitos de residencia que exigen los Servicios Sociales para beneficiarse de las ayudas oficiales
La Asociación por la Solidaridad y la Igualdad Social (ASIS) ha visto cómo la demanda de ayuda aumentó en el 2016 respecto al año anterior. En el reparto del Banco de Alimentos, tienen el doble de familias.
Pero, ¿por qué se ha dado esta situación ahora, cuando se supone que se están creando puestos de trabajo y mejora la economía de la ciudad? Desde la ONG afirman que la mayoría de los ciudadanos que les solicitan asesoramiento y que piden beneficiarse de los productos del Banco de Alimentos acaba de llegar a la ciudad o reside en ella desde hace poco tiempo.
Eso les deja fuera del sistema de Servicios Sociales, donde se exige un mínimo de meses de residencia en la ciudad para facilitar estas subvenciones. Añaden que muchas familias a las que habían estado atendiendo han conseguido trabajo o planes de empleo. Aún así, es superior el número de personas que no tiene recursos y que llegó hace poco de la península al de ciudadanos que mejoran su economía familiar.
El Banco de Alimentos
Una de las actividades de ASIS, que se encuentra en un local del Monte María Cristina, es el reparto de alimentos. Cruz Roja es quien le facilita estos productos, que proceden de la Unión Europea a través de la entidad Banco de Alimentos. En el 2015, atendieron a 280 familias (1.263 personas) con este servicio. Sin embargo, el pasado año la demanda se disparó. Consiguieron negociar un aumento de familias beneficiarias de esta ayuda y llegaron a atender a 456 (1.956 miembros). Casi el doble que un año antes.
El reparto de alimentos para ASIS no es nada sencillo. Su local es tan pequeño que otros años han tenido que cancelar las clases de alfabetización y de apoyo escolar para guardar los productos hasta su entrega a las familias.
Alquilar un local
En el 2016 tomaron la decisión de alquilar un local para guardar los alimentos. Pero como no tienen recursos económicos suficientes, sólo pueden alquilar durante un mes este espacio y los trabajadores y voluntarios de la ONG se dejan la vida durante esos 30 días para que los productos estén en los hogares de los beneficiarios lo antes posible. Es un mes muy duro de trabajo para todos en la entidad.
La llegada de muchas familias de la península, que se han quedado sin trabajo y ayudas, ha disparado las atenciones sociales en ASIS. Explican que ha subido “bastante” el número de asistencias que realizaron en el 2016, cuando alcanzaron las 2.300.
Además, subrayan que hay unos 600 usuarios, que son los ciudadanos a los que hacen un seguimiento de su situación desde diferentes puntos de vista: social, familiar, formativo, etc.
En la ONG hay profesionales especializados en la atención social. Se recibe a la persona y se intenta determinar qué ayudas son las que mejor se ajustan a su perfil.
Los servicios
En ASIS les ayudan a formalizar las becas, pedir una cita en el Servicio Público de Empleo o a sellar el paro, solicitar subvenciones en la Ciudad e incluso ofrecen formación para adultos, en el caso de que no conozcan bien el castellano y deseen aprender a leer y escribir.
Asimismo, tras la entrevista personal, determinan si la familia puede pasar a formar parte del Banco de Alimentos. Para ello se realiza un estudio económico y social de los miembros de esta unidad. Aunque no todos los peticionarios pueden recibir esta aportación de productos porque hay una larga lista de espera.