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El vicepresidente de la Ciudad afirma que si sigue creciendo el número de porteadores, no habrá forma de poner orden
El vicesecretario de Estrategia del PP de Melilla y vicepresidente del Gobierno local, Daniel Conesa, subrayó ayer que “más pronto que tarde hay que tomar una decisión” para “dimensionar el comercio atípico” a las características de Melilla. Aseveró que el incremento de porteadores y vehículos destinados a esta actividad implica que se “retrotraen” otros tránsitos, como el de ciudadanos de la ciudad que quieren pasar a Marruecos, de marroquíes que desean visitar a sus familias de Melilla o de turistas del país vecino que quieren hacer sus compras en nuestras tiendas.
Conesa mostró su conformidad con una frase muy contundente que expresó esta semana el presidente del PP y de la Ciudad, Juan José Imbroda: “Se nos está yendo de madre”, en relación al incremento de personas dedicadas al comercio atípico en Marruecos. “Se trata de una expresión muy gráfica, pero responde a lo que está sucediendo”, añadió el popular.
Tomar una decisión
“Estamos llegado a una situación que nos obliga a cuestionar muchas cosas, es decir, nos obliga a pesar en un redimensionamiento. ¿Qué quiero decir? Pues habrá que ver hasta dónde se puede llegar, cuántos porteadores más podemos admitir en la ciudad, cuánta mercancía más se puede vender en este tipo de tráfico atípico, cuánto más se puede soportar”, se preguntó Conesa.
El popular señaló que estos días se han visto “avalanchas” de personas para salir con mercancía que “nunca se habían visto en Melilla”. Indicó que vio unas imágenes de Barrio Chino y eran “terroríficas”, porque esos ciudadanos ponen en peligro sus vidas.
“No se puede permitir”
“No se puede seguir permitiendo por más tiempo y hay que plantearse seriamente una redimensión de la situación”, aseveró Conesa. Es más, apuntó que como siga aumentando el número de personas que se dedica al comercio atípico no va a haber quien controle este asunto por muchos guardias civiles y policías que vigilen los pasos fronterizos.
El dirigente del PP insistió en que hay que “dimensionar” el comercio al “tamaño y estructuras de nuestras instalaciones fronterizas y de la ciudad”.
En este sentido, se preguntó si Melilla puede soportar el paso de 30.000 personas al día. “Es imposible por el diseño de la frontera por muchos pasos fronterizos, policías y guardias civiles que queramos poner”, aseveró.
Dificulta el turismo
Además, Conesa resaltó que se está “retrotrayendo” otro tipo de tránsito, como el de turistas marroquíes o el de ciudadanos que quieren cruzar de un lado a otro de la frontera.
Para el dirigente del PP hay que tomar una decisión sobre cuánto tiempo y cuántos recursos hay que dedicar a este comercio y cuánto hay que destinar al otro tránsito que se está viendo “dificultando o interrumpido”.
“Por muchos medios que tengan, la dimensión que tiene el comercio es imposible de soportar”, comentó Conesa.
También criticó las declaraciones de CpM que ha reclamado que el comercio atípico pueda tener 24 horas de tránsito. “No creo que Melilla esté en condiciones de soportarlo”, aseveró.
El dirigente del PP insistió en que las avalanchas de porteadores están poniendo en riesgo su vida y también la de los funcionarios que están en la frontera.
No obstante, Conesa señaló que se va a pedir más agentes y también el nuevo paso fronterizo. Pero añadió que hay que abrir el debate de cómo se va a regular el comercio atípico porque hay que pensar en el futuro de la ciudad.
Un ejemplo que puso el popular es que en unos meses habrá un centro comercial que atraerá al turismo marroquí y hay que “ponerle las cosas fáciles” para que puedan visitar la ciudad.
“Es un clamor”
Asimismo, el popular comentó que “el debate está abierto y las decisiones hay que tomarlas pronto”. Reconoció que la competencia de la frontera es del Gobierno central, pero resaltó que la Ciudad tiene mucho que decir en este tema.
“Es un clamor y no podemos seguir permitiendo que este fenómeno, que es evidente que proporciona ingresos a una serie de empresarios, vaya in crescendo de forma que se impide el tránsito fronterizo que no se puede controlar por muchos policías y guardias civiles que pongamos”, concluyó.