Medio Ambiente ha dado luz verde al proyecto de reforma de la desembocadura del río de Oro que permitirá eliminar las aguas estancadas que provocan malos olores y también la proliferación de insectos.
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, ha visitado la zona y ha subrayado que desde hace tiempo tenía ganas de mejorar esta zona del río, pero que es un área que depende de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y, por lo tanto, los proyectos tienen que ser aprobados por esta entidad, lo que retrasa su puesta en marcha.
La obra cuesta unos 653.000 euros y se tardarán seis meses en su ejecución.
Se renovará la solera del cauce del río, para rectificar las pendientes, se adecuarán los muros cajeros de ambos cauces mejorando también su estética y se terminará con un estanque. En este último, que estará a ras del suelo, por lo que no habrá ningún obstáculo, se instalarán fuentes que oxigenarán el agua impidiendo que se estanquen y contará con una iluminación atractiva.
Imbroda subraya que, además de mejorar la estética de la zona que no encajaba bien con los alrededores, también se cumple con mejoras ante posibles riadas.