Las tradicionales casetas de madera de la Feria del Libro cerraron ayer sus puertas. Además de la venta de novelas y otros géneros, el evento también ha incluido tres presentaciones de libros, un carrusel artístico-literario y talleres familiares de artesanía.
Libreros y editores participantes en esta Feria del Libro celebrada en plena calle O’Donnell valoraban ayer positivamente las ventas que se han registrado durante los cuatro días que ha durado el evento. No obstante, algunos de ellos destacaban que la jornada de ayer domingo había sido más floja y señalaban que quizás no había que prolongar la feria durante tantas jornadas.
Otros libreros destacaban la alta participación y el interés de los ciudadanos y aseguraban que había sido la mejor de todas las ediciones a las que habían asistido.
Actividades paralelas como la presentación de novelas han animado también la venta de ejemplares en esta Feria del Libro, que ha traído hasta Melilla al exministro de Trabajo Manuel Pimentel, al alcalde Brunete, Borja Gutiérrez, y al islamólogo Emilio González Ferrín, que han dado a conocer sus obras.
Con esta feria se ha puesto punto y final a las actividades celebradas en el marco de la Semana del Libro, que en realidad se han prolongado durante más de un mes ya que comenzaron en torno al 23 de abril, cuando se conmemora el Día Internacional del Libro.
Al margen de las ventas de obras registradas, eventos como este también contribuyen a dinamizar el centro, siendo positivos tanto para los comercios de la zona como para los negocios de hostelería. Este es el camino para animar a los melillenses a salir de sus casas y darle vida al corazón de la ciudad, y a su economía.