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El paso fronterizo de Farhana fue ayer noticia y, una vez más, se debió a las colas que se formaron
Sin embargo, en esta ocasión, el motivo de los atascos no se debió a la masificación de vehículos o a la lentitud de las fuerzas de seguridad marroquíes a la hora de facilitar el tránsito, sino a la sustitución de las puertas del puesto. Esta intervención causó el subsiguiente cierre por parte de las autoridades españolas durante nueve horas.
Fue a las 11:00 horas cuando llegaron los operarios encargados del trabajo y hasta las 20:00 horas no se reabrió el paso al tráfico de vehículos. Cabe destacar que mientras los trabajadores instalaban la nueva puerta, sí se permitió que los peatones cruzasen la frontera.
Desde algunos sindicatos de la Policía Nacional y asociaciones de la Guardia Civil se lleva tiempo reclamando que el paso de Farhana sea cerrado mientras duren las obras de reforma que se están efectuando desde hace meses.
Ayer, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbiado, anunció que tratará con el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, la citada propuesta. Según el jefe del Ejecutivo local, el puesto fronterizo se puede clausurar temporalmente si con esa medida se evitan riesgos para los funcionarios policiales.
No obstante, el presidente consideró que, en caso de que se procediera a tal cierre, debería adoptarse en primer lugar un plan de acción para evitar que se prolongase en el tiempo.
Imbroda no olvidó una de sus propuestas recientes, la de que se añada un nuevo paso fronterizo a los cuatro ya existentes entre nuestra ciudad y Marruecos.
La reclamación por parte de sindicatos policiales y asociaciones de la Benemérita de cerrar Farhana para facilitar la finalización de los obras tenía su razón de ser. Estos efectivos saben mejor que nadie lo que significa trabajar en esas circunstancias: ruidos, estrés y posible riesgo de accidentes. Imbroda acierta escuchando a estas entidades.