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En 2006 se creó un subcomité sobre menas entre España y Marruecos, que se ha reunido seis veces
Una de las soluciones al problema de los menores extranjeros no acompañados (mena) a las que se ha hecho referencia en numerosas ocasiones es la aplicación del convenio existente entre España y Marruecos. Un acuerdo con quince años de vida, pero que hasta el momento no se ha puesto en marcha. Según se indica en una respuesta parlamentaria a una pregunta realizada por el diputado de Ciudadanos (C’s) Luis Salvador sobre la situación de estos chicos en Melilla, el germen de este convenio fue un acuerdo en noviembre de 2003 entre los ministros del Interior de los dos países, para crear un grupo de trabajo en el que analizar las cuestiones migratorias. Tres años después se creó en el seno de este grupo un subcomité sobre menores.
En marzo de 2007 nacía el acuerdo que buscaba la prevención de la emigración ilegal de los menores no acompañados, su protección y su retorno asistido. No obstante, no entró en vigor hasta octubre de 2012. Y no fue hasta un año después cuando se publicó en el Boletín Oficial de Marruecos.
Los objetivos que se recogen en este convenio bilateral son tres. El primero, es el establecimiento de un marco de trabajo conjunto en materia de prevención de la emigración ilegal de menores no acompañados y de protección y retorno de éstos a Marruecos. Asimismo, la consolidación de un diálogo permanente e intercambio de datos e información para tratar de manera eficiente estos aspectos. El último es la determinación de las autoridades competentes encargadas de su aplicación y coordinación. Sin embargo, hasta el momento, y a pesar de las peticiones hechas desde la Ciudad, más aún tras el incremento de la llegada de menores, este acuerdo no se ha materializado.
Según la respuesta del Gobierno al diputado de Ciudadanos, desde la firma del acuerdo en 2007, el subcomité sobre menores extranjeros no acompañados se ha reunido hasta seis veces. En septiembre del año pasado estaba previsto que volviera a producirse una reunión, sin embargo finalmente no fue posible. A fecha de la emisión de la respuesta parlamentaria, a finales del año pasado, todavía no se había encontrado fecha para realizar un nuevo encuentro.
A lo largo de estos años el problema, lejos de solucionarse, se ha complicado. Melilla acoge actualmente a cerca de 700 menores extranjeros no acompañados, de los que la inmensa mayoría son marroquíes. A estos hay que sumar los que viven en la calle. El principal centro de acogida, La Purísima, con una media de 500 niños residiendo, está ocupado muy por encima de su capacidad. El Gobierno central ha tenido que duplicar el presupuesto que destina a Melilla para este asunto, con cuatro millones de euros, a los que hay que sumar el presupuesto del Ejecutivo local. En total, cerca de trece millones. Además, se siguen produciendo entradas de menores por la frontera casi a diario. El acuerdo entre ambos países sigue sin aplicarse.