La fiscal pide penas de 3 años y medio y 2 años para otros dos acusados de sustraer una moto a la víctima en La Cañada
Cinco jóvenes se sentaron ayer en el banco de los acusados del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. Al finalizar la vista, la fiscal retiró la acusación que pesaba sobre dos de ellos. El resto se enfrenta a distintas penas de prisión por los hechos que supuestamente tuvieron lugar el pasado 18 de octubre de 2015 en la calle Abetos de La Cañada, sobre las 00:45 horas. La representante del Ministerio Fiscal pide cinco años de prisión para el acusado de robar a la víctima a punta de pistola y cuchillo. Para los otros dos individuos, reclama penas de tres años y medio y dos años de cárcel por rodear e intimidar al perjudicado con el fin de sustraerle la motocicleta, a pesar de que se la devolvieron unos minutos más tarde.
Ninguno de los encausados reconoció su implicación en los hechos. Según expuso uno de los procesados por el robo de la moto, el denunciante le prestó su vehículo de mutuo acuerdo. “Yo le pedí la moto para ir a por unos bocadillos y cuando volví me lo encontré en una esquina llorando porque le habían robado el móvil”, expuso el individuo. “Nos contó que les había robado un encapuchado”, manifestó el joven. Según expuso, a los días supo que otro de los encausados era la persona que le había sustraído el teléfono porque este mismo se lo mostró en su casa.
El otro encausado por la supuesta sustracción de la moto afirmó que él ni siquiera le pidió el vehículo al propietario. “Lo único que hice fue ir de paquete”, aseguró. Señaló que no estuvo presente en el momento en que otra persona sacó una pistola y un cuchillo al querellante puesto que se había ido a comprar los bocadillos con la moto. “Cuando llegué vi al chaval en una esquina, traumatizado”, agregó.
Al parecer de este encausado, la víctima lo denunció a él porque no pudo identificar a la persona que le robó el móvil, ya que iba “enmascarada”, con el fin de descubrir quién fue el verdadero autor del robo.
En casa jugando al parchís
Por otro lado, el joven acusado de sacar una pistola y un cuchillo sostuvo que él no cometió el robo del móvil y aseguró que podía demostrarlo. “Esa noche estuve en casa jugando al parchís y tengo testigos de eso”, se defendió. Según expuso, no conocía de nada al denunciante y él no tenía ninguna necesidad de robar nada porque había cobrado dinero ocho días antes. El encausado dijo desconocer el motivo por el que otro de los procesados lo inculpó del robo a mano armada.
La versión de la víctima
Según la versión de la víctima, los hechos tuvieron lugar después de que dejase en su vivienda a la que entonces era su pareja. Cuando se disponía a marcharse con la moto, “un grupo de chicos” lo paró y provocó que se bajara del vehículo. El denunciante aseguró ante el juez que se vio forzado a dejar la moto a dos de los procesados, ya que se vio “rodeado”. Al respecto, aclaró que su intención no era prestarles la moto para un rato. “No se la dejo ni a mi hermano porque me gusta cuidar mis cosas”, sostuvo.
Tras entregar su vehículo a dos de los encausados, siempre según su versión, él se quedó “en shock” en un callejón. Fue entonces cuando apareció otro individuo con una máscara y, mostrándole una pistola y un cuchillo, le dijo que le diera todo lo que tuviera y se marchó con su dispositivo móvil. “Vi en peligro mi vida y mi integridad física”, sostuvo el querellante.
El joven perjudicado explicó que, tras sufrir el robo del teléfono, recuperó su moto. “En ningún momento me dijeron a dónde fueron con ella”, apuntó, al mismo tiempo que señaló que el vehículo sufrió daños por los que tuvo que llevarlo a arreglar a un mecánico.
Dos no participaron
El denunciante acabó reconociendo que dos de los encausados no habían participado en los hechos, aunque sí estuvieron presentes cuando tuvieron lugar. Finalmente, la fiscal retiró la acusación contra estos dos individuos.
Dos vecinas del acusado del robo con pistola sostuvieron que la noche de los hechos estuvieron con él en su casa jugando al parchís. Aunque una de ellas se mostró confusa sobre la fecha en la que estuvo con el procesado, la otra testigo manifestó que recordaba haber “hecho cálculos” cuando supo que se lo acusaba del robo, por lo que se dio cuenta de que esa noche estuvo con ella y no pudo haberlo cometido, según apuntó.
Tras la vista celebrada ayer, el juez titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla tendrá que dictar una sentencia para los tres individuos encausados.