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La estancia media que se pasó en los hoteles locales fue de 2,51 días en 2017, una cifra que es algo peor que la registrada durante el ejercicio anterior
El turismo sigue siendo la asignatura pendiente de nuestra ciudad, una gran desconocida para gran parte de la península a pesar de que esconde innumerables tesoros y atesora la riqueza de una sociedad en la que conviven numerosas culturas. No obstante, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dejan margen para la esperanza: durante 2017, un total de 61.851 viajeros pasaron por Melilla, lo que supone un 5,7% más que el año anterior.
No obstante, no todos los datos son positivos. El número total de pernoctaciones, es decir, las noches que estos ciudadanos durmieron en los hoteles de la ciudad, sufrió una bajada. En concreto, se registraron 155.268, lo que significa 4.000 menos que durante el año 2016. ESto se traduce en que hubo una reducción del 2,5%.
La estancia media que se pasó en los hoteles locales fue de 2,51 días en 2017, una cifra que es algo peor que la registrada durante el ejercicio anterior. Se sitúa por debajo de la media nacional, situada en 3,29, pero es el sexto mejor dato del país, por debajo de Cataluña, Valencia, Andalucía, Baleares y Canarias.
La tarifa media que se pagó por habitación en los hoteles de nuestra ciudad fue de 67,3 euros, un coste que está por debajo del promedi nacional, donde se alcanzaron los 87,3 euros.
Esta misma semana, el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, confió en que espera que 2018 sea aún mejor para el sector hotelero, gracias a las iniciativas que tiene previsto impulsar el Gobierno local para intentar atraer a más turistas.
Pero volvemos al talón de Aquiles de siempre: mientras los precios para desplazarse hasta nuestra ciudad no bajen, todos los esfuerzos serán en balde. Con lo que cuesta volar hasta Melilla, se puede viajar holgadamente hasta otros destinos europeos. Urge solucionar eso, tanto para los propios melillenses como para atraer turistas hasta este pequeño rincón africano.