Cerca de 50 alumnos acudieron en la tarde de ayer, fuera de su horario escolar, al IES Enrique Nieto para hacer un examen de matemáticas. Querían demostrar que eran los mejores en esta área en unas olimpiadas que tendrán su continuación en otra liga nacional.
Las olimpiadas matemáticas locales han cumplido su mayoría de edad. Y lo han hecho con una participación superior a la que suele ser habitual. Cerca de 50 adolescentes de bachillerato de todos los centros de la ciudad dedicaron la tarde de ayer a resolver ejercicios y a hacer cálculos. De ellos, se clasificarán los tres que mejores resultados hayan obtenido, aunque sólo uno asistirá a la liga nacional de matemáticas, que este año se celebra en la provincia de Jaén.
El promotor de este certamen, sólo apto para aquellos que no temen a los números, es el profesor Fernando Olmos, del IES Enrique Nieto. “Lo que hacemos es plantear una serie de problemas, aunque no todos tienen que ver con lo que estudian en los institutos, también hay ejercicios en los que tienen que razonar, recurrir a la lógica o a la intuición”, señaló a El Faro.
Olmos recordó que él fue el encargado de iniciar en Melilla esta actividad, después de tener conocimiento de que se llevaba a cabo en otras ciudades. “Ya llevamos 18 años haciéndola y este año ha tenido una participación excepcional: normalmente tenemos unos treinta y tantos alumnos y este año son unos 48”, expuso.
Como expuso el coordinador de la iniciativa, es de valorar los esfuerzos que hacen los participantes, ya que muchos se encuentran en segundo de bachiller, un curso en el que los alumnos tienen especial presión ante la proximidad de los exámenes de Selectividad.
Una vez que se corrijan los ejercicios se sabrá qué estudiante se encargará de representar a Melilla en la liga nacional. Incluso, puede ser que tengamos entre nosotros al ganador del certamen internacional que se celebrará en Rumanía, o de la olimpiada iberoamericana. Lo que es seguro es que tenemos unos alumnos que llegarán lejos. Dedicar una tarde a demostrar su talento en el campo de las matemáticas sólo es posible entre aquellos jóvenes que, sin duda, no se dejan intimidar ante los retos ni se rinden a la primera de cambio.