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El precio de licitación es de 1,3 millones de euros
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El programa tendrá una duración de, al menos, 4 años
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, anunció que el contrato para poner en marcha el programa de educadores de calle se adjudicará en el próximo mes de febrero, como muy tarde. El objetivo de este plan es ofrecer una atención más cercana a los menores extranjeros no acompañados que viven en las calles de la ciudad y conseguir que ingresen en los centros de acogida. Para ello, se destinarán 1,3 millones de euros al programa, cuya duración será de, al menos, cuatro años.
Con el fin de dar una atención más personalizada, Ventura explicó que se prentende contratar a un total de 16 profesionales con distintos perfiles. Así, cinco serían educadores o trabajadores sociales y se contaría también con un enfermero y con diez auxiliares de control educativo. Asimismo, se espera que estos especialistas cuenten con dos furgonetas para agilizar su trabajo y el traslado de los menores a centros sanitarios o a los de acogida.
El responsable de Bienestar Social recordó que el programa de educadores de calle se inició en 2015 y que debido a su éxito se han ido renovando sucesivas ediciones hasta culminar el proyecto con este contrato de cuatro años. Actualmente, se estima que cerca de un centenar de niños viven a la intemperie, según datos facilitados por varias ONG, aunque durante el último programa de educadores de calle que finalizó en septiembre se consiguieron ingresar en centros de acogida a medio centenar, de acuerdo con las conclusiones del consejero.
Centro de día
En otro orden de cosas, Ventura también confirmó que la ONG Save The Children definitivamente no podrá abrir un centro de día en Melilla para atender a los menores extranjeros no acompañados con el apoyo de la Ciudad por cuestiones legales.
No obstante, el responsable de Servicios Sociales explicó que se estudia establecer una línea de colaboración con la Dirección General del Menor para que esta entidad pueda trabajar con menores en un espacio que no sea un centro de protección, cuya tutela corresponde a la Ciudad, ni la calle, donde los mismos educadores tratarán de atenderlos y cubrir sus necesidades. De esta manera, estos niños tendrán el apoyo de otra ONG que cuenta con una larga experiencia.