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La fiscal reclama un año de cárcel para él
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La denunciante: “De él sólo quiero una orden de alejamiento”
Un hombre se enfrenta a una posible pena de un año de prisión y a una orden de alejamiento de tres años como presunto autor de un delito de violencia de género. Según se recoge en el escrito de la Fiscalía, propinó un puñetazo en la boca, varios manotazos en la cabeza y diversas patadas a su ex mujer en la madrugada del 28 de diciembre de 2014. El individuo, sin embargo, defendió ayer ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla que no sólo no había agredido a su ex pareja, sino que “era a la inversa”. El procesado sostuvo que su ex lo había maltratado de forma continuada y también a los dos hijos menores. En referencia a la noche de los hechos, el hombre aseguró que fue la mujer quien lo golpeó en la cabeza. “Nunca la he maltratado ni la he amenazado con quitarle los hijos o expulsarla a Marruecos”, declaró.
Según expuso el encausado, aquella noche acudió la Policía Nacional a su vivienda. “Supongo que fue ella la que llamó”, apostilló. Al respecto, indicó que señaló a los agentes que su intención era la de abandonar la casa. Al ser preguntado por el parte de lesiones que consta de la querellante, con fecha del 21 de enero de 2015, el hombre apuntó que un día antes había sido detenida por la fuerza en el aeropuerto de Melilla, después de que agrediera a la madre de él. “Los agentes la tuvieron que detener y yo creo que las lesiones pueden ser de ese día”, explicó.
El procesado sostuvo que los hijos solían presentar arañazos en el rostro provocados por la madre. Según puso de manifiesto a lo largo del juicio, aunque actualmente es la madre la que tiene la patria potestad de los niños, él la ostentó anteriormente. Aseguró que, en otro procedimiento judicial, él presentó una grabación en la que la mujer sale masturbándose vaginalmente y analmente delante de los dos menores de edad. “En el vídeo se escucha a los niños cómo le gritan que está loca”, agregó.
“Me tenía amenazada”
Según la versión de la víctima, la noche de los hechos su ex marido llegó a la casa sobre las tres de la madrugada. Cuando ella le preguntó dónde había estado, él reaccionó violentamente contra ella: “Me cogió del pelo, me dio un puñetazo en la boca, me pegó en la cabeza...”, manifestó.
La mujer sostuvo que tuvo que encerrarse en un baño de la casa para llamar a la Policía Nacional. La mujer continuó relatando que, cuando llegó la policía a su vivienda, les contó que su marido la había agredido. Sin embargo, no se llevaron al acusado detenido porque ella misma los convenció de que iban a solucionarlo entre ellos.
La denunciante aseguró que, al cabo de los días, decidió denunciarlo porque se sentía “muy amenazada”. Según apuntó, el procesado llegó a decirle que sería capaz de descuartizarla si interponía una querella contra él por los malos tratos. “Yo lo único que quiero de él es una orden de alejamiento”, reiteró la mujer.
Por otro lado, la querellante explicó que el 19 de enero de 2015 la policía la detuvo en el aeropuerto después de que su ex marido hubiera interpuesto una denuncia falsa contra ella.
Sin signos de violencia visibles
Tres agentes de la Policía Nacional afirmaron en el juicio que, de haber percibido indicios de maltrato, hubieran arrestado al procesado. En este sentido, aclararon que ni la mujer les comunicó que hubiera sido agredida, ni observaron signos de violencia en su rostro. Asimismo, indicaron que cuando una persona es sospechosa de un delito de violencia de género, la llevan arrestada al calabozo por mucho que la víctima manifieste que no quiere denunciar. “Nosotros actuamos así porque si luego ocurre algo más o ella muere asesinada, sería nuestra culpa”, apuntó uno de los policías ante el magistrado.
Todos los agentes coincidieron al señalar que el hombre les había manifestado que quería marcharse de la casa y que la pretensión de ella era que los funcionarios mediasen para que él no dejara la vivienda, ya que al día siguiente la mujer tenía que irse a trabajar y necesitaba dejar a los hijos con alguien. “Él nos dijo que quería irse para evitar problemas”, señaló uno de los policías.
Los testigos
Un matrimonio amigo del encausado explicó en la vista nunca vio signos de maltrato de él hacia la denunciante, sino lo contrario. “Una vez presenciamos cómo ella le dio un guantazo en la cara”, relataron. Por otro lado, testificaron una psiquiatra y un psicólogo clínico que certificaron que los niños habían recibido un tratamiento y que manifestaron haber sido maltratados por su madre. “El relato de él (refiriéndose al encausado) y del hijo es muy creíble, siempre con la misma versión”, mantuvo la psiquiatra.
Por otro lado, declaró la doctora que atendió en Urgencias a la querellante el 21 de enero de 2015. Según manifestó, la mujer presentaba hematomas en distintos estadios evolutivos, lo que indicaba que se habían tenido que producir en días distintos. No obstante, afirmó que era posible que hay moratones que pueden ser visibles durante varias semanas, en función de la fuerza del impacto.
Tras escuchar todas las declaraciones, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria y el letrado pidió la absolución de su defendido. El juez decidirá.