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Los educadores creen que varios mayores, que están en Melilla La Vieja, usan a los menores y les proporcionan pegamento
El programa de ‘Educadores de calle’ que ha emprendido la Consejería de Bienestar Social tiene varias conclusiones. Una de ellas es que creen que hay un grupo de adultos, que estaría en Melilla La Vieja, que supuestamente está abusando de los menores extranjeros no acompañados (menas). Incluso estos profesionales apuntan que son los mayores de edad los que dan pegamento a estos jóvenes. Por ello, el titular de esta área, Daniel Ventura, aseguró ayer a El Faro que pondrá en conocimiento de la Fiscalía esta situación.
El informe de los educadores, que han estado durante un mes en la calle con estos niños y jóvenes, también indica que hay unos 40 que está viviendo a la intemperie de forma continuada. Algunos de ellos tienen 14 años, pero la mayoría ronda entre los 16 y 17.
Este grupo de expertos consiguió convencer a seis de ellos para que regresaran a la Purísima. De hecho, se han dado cuenta de que muchos menores que no quería ir al centro de acogida nunca habían pisado estas instalaciones. Argumentaban que no querían ir porque les iban a pegar y, por lo tanto, se trata de una idea preconcebida. De hecho, uno de los chicos que accedió a dormir en el centro aseguró más tarde a los educadores de que estas instalaciones no estaban tan mal como se imaginaba.
Unos 40 van al Puerto
Ventura resaltó que con este programa se ha detectado a un grupo de entre 30 o 40 niños que residen en La Purísima, pero que salen de esta institución para ir al puerto e intentar colarse en un barco como polizones.
Los educadores afirman que son los navíos de transporte de mercancías en los que pretenden ir hasta la península.
La mayoría de este grupo, que está en el centro de acogida y que sale para ver si pueden entrar en un barco, tiene contacto con su familia en Marruecos.
Otra de las conclusiones de este informe de los educadores de calle es la localización de los grupos de menores. Melilla La Vieja es uno de los sitios donde están. Pero también en el Parque Hernández, en un descampado del Tesorillo o cerca de los baños de la playa de San Lorenzo.
Las cifras
Con este proyecto se han realizado unos 250 turnos de trabajo y 166 intervenciones. Los educadores han conseguido que seis menores aceptaran ir a La Purísima. Además, realizaron doce llamadas a la Policía Local.
Por otro lado, el objetivo de Ventura es que este programa pueda continuar a lo largo del año. De hecho, espera que ‘Save The Children’ pueda poner en marcha en este 2017 un centro de día para los niños de la calle.
En estas instalaciones, se les atendería con educadores sociales y otro tipo de profesionales para que puedan salir de dicha situación. Asimismo, podrían ducharse y asearse y tomar algunos alimentos fríos.
Los menores reconocen que engañan a sus familias y les dicen que están en La Purísima
Los educadores han conseguido que estos menores que vivien en la calle se abran y cuenten cómo se sienten. Algunos les han dicho que mienten a sus familias porque creen que están en el centro de acogida. Incluso les dicen a sus padres que están a la espera de tramitar la documentación.
La soledad es otro sentimiento frecuente en estos niños y jóvenes. El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, explicó a El Faro que durante unos días un grupo de menores estuvo muy triste porque otros chicos habían conseguido colarse en barcos y llegar a la península. Esta situación les hizo sentir mucha frustración.
Asimismo, los menores cuentan a los educadores que están cansados de vivir en estas condiciones. Otros afirman que desean dejar de consumir sustancias, como el pegamento.
En relación a este perfil de joven que tiene adicciones, Ventura aseguró que no hay recursos para enviar a estos chicos a centros especializados. No obstante, subrayó que Marruecos podría aceptar su repatriación y, a través de ayudas de la Ciudad, España y la Unión Europea, garantizar que estos menores puedan ser asistidos por especialistas para recuperarse. Indicó que han vivido experiencias tan duras, que será complicado sacarles de la calle. Además, apuntó que el país vecino podría evitar esa mala imagen iniciando este tipo de proyectos.