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El joven, de 21 años, fue arrestado el martes en La Cañada
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ordenó ayer el ingreso en prisión del joven de 21 años detenido el pasado lunes en Melilla por su “plena adscripción” al Daesh, organización terrorista para la que hacía labores de captación y adoctrinamiento. Su vinculación con el grupo yihadista “podría haberle llevado a cometer atentados”.
Tras tomarle declaración ayer por la mañana, Moreno decretó prisión provisional sin fianza para él por los delitos de adoctrinamiento, pertenencia a organización terrorista y enaltecimiento del terrorismo, según informaron fuentes de la Audiencia Nacional.
Este joven, de nacionalidad española, fue detenido el pasado lunes en La Cañada por su “plena adscripción y compromiso con la organización terrorista Daesh” donde pasó del autoadoctrinamiento a la fase de “captación y adoctrinamiento de nuevos miembros”.
Organización terrorista
Los investigadores le sitúan en una fase de “plena disposición con la organización terrorista que podría haberle llevado a cometer atentados tal como reclama Daesh y siguiendo el ejemplo de otros terroristas que han cometido atentados en Europa y en Estados Unidos”.
Y creen que podía haber mantenido “contacto directo con individuos condenados actualmente por su pertenencia e integración en el Daesh” y por captar y enviar “combatientes desde Melilla y Marruecos a zonas de conflicto”.
Entre estos destaca un melillense que se marchó en 2012 y que se convirtió en dirigente de una ‘katiba’ yihadista (en árabe ‘grupo de combate’) en Mali y que supuestamente falleció en combate en 2016 en Tombuctú.
Proceso de radicalización
Con solo 21 años, el arrestado “había sufrido un intenso proceso de radicalización en el que su actividad delictiva había ido evolucionando” con un “un autoadoctrinamiento continuo y progresivo que le había llevado a navegar en internet de manera exclusiva sobre contenidos referentes a Daesh”, prosiguen los investigadores.
Accedía a vídeos de contenido “muy violento y explícito” a través de “una red de comunicaciones de difícil acceso para dificultar su localización” y se mostraba “muy reservado y cauto para evitar ser detectado por los agentes policiales”.
Círculo íntimo
De hecho, según informó el Ministerio del Interior, sus opiniones se las guardaba “para las reuniones que mantenía con aquellas personas de su círculo más íntimo a los que pretendía adoctrinar y adherir a la causa terrorista yihadista”.