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“Manifestarse sin autorización”, “dañar bienes públicos” y “organizar una rebelión armada” son los cargos
Un tribunal marroquí en Alhucemas condenó anteayer a siete activistas rifeños a penas de entre ocho meses y siete años de cárcel por su participación en las revueltas que sucedieron en la región del Rif durante los primeros meses del presente año, según informaron a Efe fuentes judiciales en esa ciudad.
La cámara de primera instancia del Tribunal de Apelación de Alhucemas condenó primero a cuatro activistas del Hirak Chaabi (el “movimiento popular” rifeño) a un año de prisión firme y a una multa de 500 dirhams (unos 45 euros) por manifestarse sin autorización, humillar a agentes de seguridad, dañar bienes públicos y organizar una rebelión armada.
En un caso separado, condenó a otro activista a tres años de prisión firme por los mismos delitos anteriores más otro de establecimiento de obstáculos en la vía pública con el fin de perturbar el tráfico.
Un sexto activista fue condenado a siete años por esos mismos cargos, supuestamente por contar con agravantes.
Por último, la corte emitió una sentencia de ocho meses de prisión en suspenso (libertad condicional) contra un activista menor de edad, acusado de obstaculizar el tráfico en una vía pública y sabotear propiedades de interés público.
Actualmente hay cerca de 340 rifeños detenidos entre Alhucemas y Casablanca, algunos con condenas en firme y otros actualmente juzgados o por juzgar, además de otro centenar que están siendo perseguidos en libertad.
Inicio de las protestas
El Hirak Chaabi nació tras la muerte del vendedor de pescado Mohcin Fikri, aplastado dentro de un camión de basura el 28 de octubre de 2016. Esa muerte provocó una serie de protestas callejeras por el estado de atraso y marginación de la zona que duraron casi ocho meses, hasta que el movimiento fue descabezado el pasado mes de mayo.