La víctima sufrió distintas lesiones en el rostro y el cuerpo. El procesado reconoció los hechos
El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla condenó ayer a un individuo a una pena de dos años de prisión por un delito de violencia de género. El hombre reconoció los hechos que le llevaron hasta el banquillo de los acusados: agredió brutalmente a su mujer usando un hacha y un palo.
Según recoge la Fiscalía en su escrito de acusación, la comisión del delito tuvo lugar el pasado 8 de junio. El matrimonio se encontraba en el interior del domicilio, en Nador, cuando iniciaron una discusión. Entonces, el encausado comenzó a pegar a la víctima, con la que llevaba treinta años casado. “La golpeó con un palo y con un hacha, dándole en la cara, en la cabeza y en distintas partes del cuerpo”, se expone en la acusación.
En consecuencia, la mujer sufrió lesiones en el rostro y en el hombro de la que le han quedado secuelas y un perjuicio estético. Tras la paliza, necesitó veinte días para su curación, de los que diez fueron impeditivos.
El procesado, que ha permanecido en prisión de forma preventiva desde el 10 de junio, llegó ayer a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal para que le rebajara la pena solicitada, lo que es posible si el acusado se declara culpable. Con esta finalidad, reconoció los hechos.
En consecuencia, la fiscal modificó la calificación. Pasó de reclamar cinco años de cárcel por el delito de violencia de género en el ámbito doméstico a pedir dos años de prisión. También disminuyó el plazo de la orden de alejamiento e incomunicación, por la que no podrá tener contacto con la víctima ni acercarse a ella a menos de 300 metros. Inicialmente era de siete años y, tras la conformidad, tendrá una duración de cinco años.
Además, tendrá que indemnizar a su mujer con 2.400 euros por las lesiones ocasionadas.
Posible suspensión
Tras el juicio, el individuo regresó a la prisión de Melilla. Allí permanecerá de forma provisional hasta que el magistrado decida si le suspende o no la pena de cárcel. Esto es posible para aquellos condenados cuyo castigo no supera los dos años de cárcel y carecen de antecedentes penales.