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El autor melillense presentó ayer en Madrid su segundo libro, ‘El tiempo es conmigo’, donde reflexiona sobre el pasar de la vida
Escribió su primera novela, ‘El año del regreso’, en 2016, y ya acaba de ver la luz su segunda, ‘El tiempo es conmigo’. “Me dio miedo ser un escritor con un solo libro”, confiesa Francisco J. Capitán (Melilla, 1968) acerca de esta nueva publicación que reconoce que puede ser “acelerada”. Pero asegura que se tomó su tiempo para tranquilizarse y entonces se embarcó en la narración de la historia de una pareja muy dispar. Ayer presentó la obra, publicada por Ediciones Atlantis, en un café madrileño.
–¿Qué cuenta la novela ‘El tiempo conmigo’?
–El libro transcurre íntegramente en Málaga. Está situado prácticamente en tiempo presente. Se sitúa a finales de diciembre de 2010 y enero de 2011. Pero no hay muchas referencias temporales. Pero sí se sabe que es tiempo presente. Cuenta la historia que sucede entre dos personajes muy dispares. Fernando es vigilante en el metro de Madrid, cuarentón y artista frustrado. Ariadna tiene veinte años, es una actriz incipiente y trabaja en las líneas eróticas. Los dos personajes se conocen ahí. Fernando es cliente de Ariadna y tienen una relación telefónica. Después se conocen en Málaga, que es donde vive la chica. Pasan un fin de semana juntos y, además de la relación con la chica, Fernando se reencuentra también con Málaga, la ciudad de su infancia, lo que le enfrenta con la situación vital en la que vive: de frustración y de agotamiento. Esto hace que se plantee volver a ser el que quería ser en la vida y que no pudo ser por distintos motivos.
–¿Por qué ha elegido ese nombre para el libro?
–Está frase está en el final de la novela. De alguna manera dice que ‘el tiempo está conmigo’. Siempre tenemos tiempo en la vida para hacer lo que no pudimos. Es la reflexión del personaje.
–El tiempo es una de las cosas más valiosas que tenemos en la vida pero no solemos valorarlo, sobre todo actualmente. ¿Cómo se refleja la preocupación por el pasar de los días en la novela?
–Casualmente, los dos títulos de mis novelas hacen referencia al tiempo: ‘El año del regreso’ y ‘El tiempo conmigo’. Una de mis preocupaciones personales es el paso del tiempo, su fugacidad, y me temo que mis novelas se han contagiado de ello. No solo el tiempo cotidiano, que los días se pasan enseguida, sino en una dimensión más grande, porque la vida se va. Cuando cumples años, como es mi caso, te das cuenta de que tienes muy poco tiempo por delante, porque casi todo el tiempo lo tienes ya por detrás. Me preocupa el tiempo futuro, que cada vez nos queda menos porque estamos más cerca del final. Por eso, lo que queremos hacer lo tenemos que hacer ya porque si no, no tienes tiempo.
–¿Cómo está escrita la novela?
– Está escrita en tercera persona. Hay un narrador que está más próximo al protagonista, a Fernando, a su mente. Está dividida en tres partes: ‘Viaje a Melilla’, ‘Todo el tiempo fumando’ y ‘El tiempo conmigo’. Esta última parte coincide con el título de la novela.
–¿Qué diferencias hay entre la primera novela y este segundo libro?
–El primer libro estaba escrito en primera persona y era un intento de contar una novela en forma de diario. Digamos que era un diario que transformé en una ficción. Y esta es una novela en la que todo es inventado, desde la primera línea a la última, lo que no quiere decir que no haya algún apunte autobiográfico. Pero los personajes y la historia son inventados. En la primera novela había mucho poso autobiográfico.
–¿Cómo es escribir hoy en día? ¿Es difícil publicar?
–Lo difícil es escribir un buen libro y también lo es publicar. Pero pienso que lo más difícil de todo es llegar al público, es decir, la distribución. Desde que el libro sale del escritor hasta que llega al lector, hay un largo viaje. Y, a veces, se queda el libro en la mitad del camino.
–¿Se plantea escribir un nuevo libro o de momento hay que dejar reposar esta novela?
–Me ha llevado mucho trabajo escribir este libro y el anterior también. Pero pienso seguir escribiendo y no me voy a tomar un descanso porque yo soy muy continuo. Pero no puedo hablar de ningún proyecto en concreto porque todavía no tengo nada determinado ni casi empezado. Por otra parte, los libros no tienen por qué publicarse en el mismo momento en que se acaban. Se pueden escribir y publicar luego.
–¿De qué forma está Melilla presente en el libro?
–Toda la acción sucede en Málaga. Pero hay viajes al pasado y hay referencias a Melilla. De hecho, la primera parte se llama ‘Viaje a Melilla’. La primera parte sucede en el aeropuerto de Málaga y es como un tránsito que hace el personaje de Madrid hasta Melilla pasando por Málaga.
–Nació en Melilla. ¿Qué vínculo tiene con la ciudad?
–Nací en Melilla. Tengo 49 años y me marché de allí cuando tenía 24. Pero estuve yendo a Melilla en los años noventa y a principios de los 2000. A partir de 2005 fue cuando perdí el vínculo familiar y desde el verano de ese año ya no he vuelto. Durante ese tiempo he perdido el vínculo y lo recuperé precisamente con mi primer libro, que publiqué el año pasado. Lo he recuperado por los medios que os habéis interesado en mis libros y porque con muchos amigos con los que había perdido el contacto, he podido retomarlo a través de las redes sociales. Estoy en contacto de nuevo con Melilla porque he estado mucho tiempo ausente. De hecho, me han comunicado ahora que el Teatro Kursaal va a llevar el nombre de Fernando Arrabal. Me alegra porque para mí es un referente como melillense, como escritor y como dramaturgo.
–¿Qué otros proyectos en el mundo del teatro tiene en mente?
–Mi proyecto personal sería dedicarme al mundo de la escritura. Pero tengo también proyectos de teatro modestos pero no quiero tentar a la mala suerte. Me gusta hablar de lo que ya está hecho o de lo que está a punto de hacerse. No me gusta hablar del futuro porque muchos proyectos se quedan en el camino. Prefiero ser discreto.