La asociación indica en un estudio que el 95% de estos menores expulsados, sufrió violencia en frontera
Más del 26% de los menores extranjeros no acompañados (mena) que viven en la calle en Melilla dicen haber sido devueltos a Marruecos, según un informe elaborado por la asociación Harraga, que trabaja directamente con estos niños que viven fuera de los centros. La entidad ha entrevistado a 91 jóvenes para sacar conclusiones sobre cuál es la situación real de estos menores.
El informe apunta que de los niños que dijeron haber sido expulsados al país vecino, el 95% aseguró que había sido torturado en la frontera. Apunta la asociación que la violencia es ejercida tanto por las fuerzas de seguridad nacionales como por las marroquíes.
Precisamente, la violencia que sufren estos menores es uno de los asuntos que se detallan en este documento, publicado esta misma semana. La asociación considera que existen diferentes vías para agredir a estos menores, no todas ellas físicas. En este sentido, por ejemplo, hace referencia a lo que denomina violencia documental y asegura que los niños son engañados entre trámites burocráticos y vacíos legales y denuncia, como ya ha hecho en numerosas ocasiones la ONG local Prodein (Pro Derechos de la Infancia) que cuando los menores cumplen los 18 años y abandonan los centros no se les informa absolutamente de nada sobre su situación documental.
La violencia sexual es una de las más preocupantes. El informe apunta que hay numerosos testimonios de niños que afirman que hombres adultos les proponen sexo a cambio de artículos de primera necesidad como comida, ropa o sustancias estupefacientes. Harraga advierte en el estudio de que la normalidad con la que los niños abordan el tema resulta sorprendente y apunta que en muchas ocasiones esto se convierte en una forma de subsistencia en la calle, lo que invisibiliza a los niños como víctimas. La ONG considera que hay dejadez por parte de la Fiscalía en este asunto.
No es el único tipo de agresión a la que se refiere la asociación que apunta que los niños que viven en la calle también son maltratados por agentes de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En cuando a las condiciones de los centros de acogida, apunta que hay una relación directa entre los niños de la calle y los niños que pasan por La Purísima. Señala que las condiciones en las que viven los menores en estas instalaciones no son las adecuadas. Según el informe, los niños aseguran que en el módulo quinto del centro no hay sábanas, mantas, gel o agua caliente e incluso hay chinches en los colchones. También critican el chantaje y maltrato al que los someten algunos de los cuidadores.
El perfil: 17 años, procedentes de Fez y con redes de apoyo en países europeos
El estudio realizado por Harraga hace referencia al perfil de los menores que viven en la calle. Según la asociación, la mayoría de los niños que llegan a nuestra ciudad tiene de media 17 años y apunta que hace algún tiempo eran más jóvenes. Respecto a la procedencia, señala que casi el 60% viene desde Fez, sobre todo de barrios como Sidi Boujida y Sarij Gnawa. La mayoría de estos niños que vive en la calle, en concreto el 91%, asegura que nunca había estado en un centro de menores antes de llegar a nuestra ciudad y apenas ninguno está más de tres años residiendo en Melilla. La mayor parte de estos menores no quiere estar en los centros de la Ciudad por el trato que recibe y más del 60% afirma que tiene redes de apoyo en Europa, siendo esta una de sus motivaciones para pasar a la península. Su motivación, llegar a la ‘tierra prometida’. Gran parte de ellos sufre adicciones, especialmente al pegamento.