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Activistas apuntan que el fenómeno no es nuevo y que la tendencia crece en los últimos meses
Cerca de 300 menores marroquíes no acompañados aguardan en el puerto de Nador, en el noreste de Marruecos, el momento oportuno para cruzar hacia Melilla o la península Ibérica, según informan fuentes de una ONG marroquí.
“Nuestras estimaciones apuntan a que entre 200 y 300 adolescentes llevan esperando en las últimas semanas en el puerto de Beni Enzar el momento oportuno para cruzar” hacia España, precisó Omar Naji, representante de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos en Nador.
Naji explicó que estos menores proceden de diferentes ciudades del país y su perfil parece indicar que “no son personas de la calle, sino que tienen familia”.
Detalló que estos adolescentes esperan en el puerto para colarse y esconderse en los camiones o los autobuses de pasajeros que se dirigen a Melilla o que van a la península.
A ellos se añadirían los que esperan en otros puntos de la ciudad de Nador, cerca de las agencias de viaje y los autobuses de viajeros que paran allí antes de continuar su ruta, añadió.
El problema de estos menores procedentes de Marruecos ya es casi crónico en Melilla y el Gobierno local alertó recientemente sobre la presencia de más de 400 menores marroquíes en los centros de acogida.
Una parte de estos niños que entran de forma irregular en Melilla prefiere vivir en la calle para intentar llegar como polizones en barcos a la península.
Tendencia creciente
Por su parte, el activista Hasan Amari, especialista en cuestiones migratorias y fronterizas, dijo que la presencia de menores en los puntos limítrofes del país no es un fenómeno nuevo, pero sí hay una “tendencia creciente” en los últimos meses.
Los menores se concentran especialmente en las ciudades de Uxda, Nador y Tánger, pero cree que es en esta última ciudad y las localidades cercanas a Ceuta donde el fenómeno es más agudo.
El pasado mes de junio, el área de Menores de Ceuta informó de que la ciudad autónoma acoge a más de 200 inmigrantes menores de edad no acompañados, de los que el 92% procede de Marruecos debido a la facilidad de estos niños y adolescentes para cruzar el paso fronterizo.