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Vecinos hacen frente a la restricción del suministro de agua llenando garrafas y botellas en los grifos públicos
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Utilizan las reservas para cocinar, beber, asearse y limpiar sus casas, aunque “la calidad cada vez es peor”
Los cortes en el suministro de agua y la disminución de la presión, sobre todo por la noche y en distintos barrios de la ciudad, son medidas momentáneas cuyo objetivo es conseguir que los depósitos recuperen el nivel para poder abastecer a los ciudadanos durante el día. Estas son las explicaciones que dio anteayer el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, ante las numerosas quejas ciudadanas por el mal servicio de abastecimiento, especialmente en estas fechas veraniegas.
Quevedo trató de justificar que el agotamiento de las reservas es mayor por el crecimiento de la población y un mayor consumo. Sin embargo, los melillenses exigen medidas que no afecten a su suministro y algunos de ellos dicen haber encontrado la solución en las distintas fuentes públicas que se localizan en varios lugares de Melilla.
Las razones para acudir a estas fuentes son varias. El agua está disponible a todas horas, es “gratis” y “hace el apaño”, aunque “la calidad es cada vez peor”, señalan varios vecinos alrededor de la fuente Príncipe, situada en el barrio del Príncipe de Asturias.
Sin agua
Nayib es un hombre que va cargado con tres garrafas de seis litros cada una. Asegura que no tiene agua potable en casa y la poca que sale de sus grifos la utiliza para fregar, limpiar y poco más. Por eso prefiere cargar con varias garrafas y botellas, llenarlas en la fuente Príncipe y aprovechar el agua “al máximo”, ya que cuando se termina tiene que volver a recorrer la calle que lo separa de su suministro. Nayib dice que a veces compra agua embotellada en la tienda, algo que hace “en contadas ocasiones”, porque se ha acostumbrado a ir a la fuente, no porque el precio sea caro, asegura mientras espera su turno.
Este vecino explica que son muchas las personas las que van cada día, a todas horas, a la fuente a por agua. Cuando se juntan más personas que grifos, hacen fila y esperan a que cada uno llene todas las garrafas con calma. Nunca se pelea nadie, todo es cuestión de tener paciencia, sentencia Nayib.
Menor calidad
Rafik es un joven que lleva más de seis garrafones azules para llenar en el grifo frente al de Nayib. Este melillense explica que últimamente viene menos “porque la calidad del agua va empeorando”. Por eso, en su casa han decido comprar las botellas en los supermercados y acudir a la fuente en casos de emergencia o para guardar reservas ahora que hay cortes en el suministro.
Este joven lamenta que “el sabor no es el de antes, cada vez es peor”, a pesar de que usan este agua para “preparar té, tayín y otros platos”. Pero para beber, utilizan la del supermercado porque “sabe mejor”. Rafik vive en Tiro Nacional y dice que en su casa apenas han notado los cortes en el suministro, pero sí que la presión cada vez es menor, sobre todo por las noches.
Mientras Rafik habla con El Faro, Nayib recoge ya sus garrafas y deja su puesto a otros vecinos que esperan pacientemente su turno. Algunos de ellos acuden acompañados de un carro de la compra para poder tirar mejor del peso y no hacerse daño en las manos con el asa. Otros vienen con familiares que les esperan con el coche aparcado para llenar el maletero o los asientos traseros, que antes guardaban numerosas botellas de plástico vacías. La reutilización de garrafas está a la orden del día entre los vecinos que acuden a las fuentes públicas a por agua.