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El agente atendió anteayer el parto de una mujer marroquí en la frontera de Beni Enzar a las 04:00 horas
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El bebé nació antes de que llegara la ambulancia a las instalaciones
Francisco Millán es un agente de la Policía Nacional que lleva casi diez años de servicio en la frontera de Melilla. Durante todo este tiempo, este melillense nunca antes se hubiera imaginado que acabaría atendiendo un parto de madrugada en el paso fronterizo de Beni Enzar, como sucedió repentinamente la pasada noche del 25 al 26 de julio.
“Eran casi las cuatro de la madrugada y se acercaron un hombre y dos mujeres, una de ellas en avanzado estado de gestación y con la ropa manchada”, recuerda el agente a El Faro. “Mis compañeros pensaban que las manchas eran del sudor, pero yo sospechaba que había roto aguas y que el parto podía ser inminente”, explica algo emocionado.
Millán asegura que estas tres personas, procedentes de Marruecos, solicitaron urgentemente los servicios de una ambulancia para trasladar a la mujer embarazada al hospital por “los fuertes dolores que presentaba”.
El parto
Las sospechas de Millán no tardaron en confirmarse. Mientras su oficial llamaba a los servicios sanitarios, él acompañó a la mujer al interior de las dependencias policiales para acomodarla en un banco, pero ella se sentó directamente en el suelo. “Cuando me quise dar cuenta el niño (que al final fue niña) ya había salido. Fue todo muy rápido”, asegura con una sonrisa y aliviado de que todo fuera bien.
La mujer, de 47 años, ya tenía otros hijos mayores, según explicó el marido al agente de policía. Millán estaba algo nervioso porque temía que el parto se complicase, cosa que finalmente no sucedió. “Pensaba que quizás tendría que agarrarle, que el niño no saliera bien o que quizás tuviera el cordón umbilical alrededor del cuello, pero por suerte todo fue bien”, recuerda el agente de policía.
“Estaba un poco nervioso, pero en cuanto el niño empezó a llorar, se me quitó todo. Eso era buena señal”, sonríe. “Fue una de las experiencias a nivel más bonitas que he tenido, nunca imaginé vivir algo así. Soy padre de dos niñas, pero esto siempre da algo de impresión”, comenta en las puertas de la oficina policial de la frontera de Beni Enzar donde atendió el parto.
Atención sanitaria
El policía, junto a otros compañeros, envolvió al recién nacido en una sábana y los tumbaron junto a la madre hasta la llegada de la ambulancia.
“No dejó de llorar en ningún momento y eso me tranquilizó. Además, parecía que la madre no tenía ninguna hemorragia”, asegura Millán.
Durante el rápido e inesperado parto y la llegada de la ambulancia, el agente estuvo en contacto telefónico con los sanitarios, quienes le preguntaban acerca del estado de la mujer y le daban indicaciones sobre cómo tratar el cordón umbilical.
Sin embargo, por la rapidez con la que sucedió todo, la entrevista telefónica fue muy breve. Los sanitarios llegaron en poco tiempo y trasladaron a la madre y al bebé al Hospital Comarcal, donde se aseguraron de que ambos estaban en buen estado. En ese momento, el agente volvió a su puesto de trabajo para continuar con su labor.
La frontera de Melilla, escenario de dos partos en un intervalo de sólo tres horas
El paso fronterizo de Beni Enzar se convirtió anteayer y de forma imprevista en el escenario de dos alumbramientos. El servicio de ambulancias tuvo que acudir en dos ocasiones y en un intervalo de tan sólo tres horas para atender a dos mujeres marroquíes que estaban de parto.
La primera dio a luz en la oficina policial a las cuatro de la madrugada, ayudada por el agente de policía Francisco Millán, debido a la rapidez con la que se produjo el nacimiento de la niña.
Tres horas más tarde, sobre las siete de la mañana, otra ambulancia tuvo que acudir rápidamente a la misma frontera para asistir a otra mujer que también se había puesto de parto. Sin embargo, en este caso el nacimiento no se precipitó como sucedió con el primero, por lo que la mujer pudo dar a luz en el Hospital Comarcal. Por ello, no fue necesaria la intervención de este policía melillense, quien prácticamente estaba realizando el relevo por el cambio de turno con su compañero, ni de ningún otro.
En el mes de marzo del año pasado, se vivió un episodio parecido precisamente en el mismo puesto fronterizo, cuando otros dos agentes de policías atendieron a otra mujer marroquí que se puso de parto en una zona próxima a la frontera. Los agentes la acomodaron en el suelo y llamaron al 061 para que enviase de urgencia una ambulancia. Finalmente, esta mujer fue trasladada con rapidez al Hospital Comarcal, donde dio a luz sin ningún tipo de problemas a una niña.